25 de septiembre de 2013

Cine: "La gran familia española"

Adán, Benjamín, Caleb, Daniel y Efraín; cinco hermanos con nombres de herencia bíblica en orden alfabético (no llegaron a ser siete como en Siete novias para siete hermanos porque la vida, al fin y al cabo, no es una película). A los dieciocho años, Efraín va a casarse con Carla, su novia adolescente embarazada. Aunque algunos piensan que está repitiendo los mismos errores que su padre, él está convencido de lo contrario pese a las señales. Una bien grande y luminosa es que España ha llegado por primera vez a la final del mundial, que se juega ese mismo día. ¿A quién se le ocurre casarse en un momento así? El evento (la boda, no el partido) reunirá a toda la familia porque asistirán Caleb, en exilio voluntario como médico en África desde hace dos años, y la madre de los muchachos, que destrozó el corazón de su marido al abandonarle tiempo atrás. Gravemente enfermo, él aún sueña con recuperarla... Una pizca de comedia, una cucharada de drama y un generoso chorro de costumbrismo. Así es La gran familia española, la nueva película de Daniel Sánchez Arévalo. 

El realizador se adentra en la supuesta calidez del núcleo familiar para hablar de deseos, inseguridades, amores imposibles, frustraciones y secretos. Una boda y el regreso del hijo pródigo son el caldo de cultivo ideal para defender su hipótesis: vista desde fuera, ¿qué familia no está como un cencerro? Protagonizan la película Quim Gutiérrez, Verónica Echegui, Miquel Fernández, Roberto Álamo, Héctor Colomé (estupendos, todos), Antonio de la Torre y un tridente de sangre nueva que da la talla. Los jóvenes resultan perfectamente creíbles gracias a una forma de hablar y comportarse que a un adulto le puede resultar ridícula (la adolescencia va de darte vergüenza a ti mismo cuando maduras). Como decisión podrá gustar más o menos, pero hay que aplaudir la valentía del guión al representar fielmente esta época tan mejorable de la inteligencia. Además de contar con un casting sólido, el tema de las familias y las bodas siempre da juego. Sin embargo, algo no cuaja. 


Soy el primero que se alegra de que el fútbol tenga un peso inexistente en la trama más allá del paralelismo con la esperanza y el ver las cosas de forma positiva, haciéndose eco del cambio que dejó atrás aquella frase tan gráfica de "la España de cuartos" (la propia película lo expone así). Por eso no comprendo que en el trailer y los posters la vendan casi como Días de fútbol II, aunque esto es lo de menos. El auténtico problema radica en la irregular fusión de comedia y drama. En global pretende ser lo primero pero cuando mejor funciona es al subirse al carro de lo segundo: el conflicto de uno de los dos triángulos amorosos, la rivalidad fraternal o el impacto en los hijos de la enfermedad del padre. 

La historia se endereza a medida que avanza y acaba dejando buen sabor de boca, lo cual no es óbice para que perdonemos fragmentos que patinan. Por ejemplo, la ceremonia de boda es un bochornoso videoclip musical que no sé por dónde coger a menos que, sin ánimo de ofender, sea... ¿una boda poligonera? Me lo planteé por primera vez intentando encontrar una explicación a la escena: el personaje de la prima (brillante) o  la hermana de la novia lo justificarían; más allá de ahí supongo que es cuestión de perspectiva. En cualquier caso, pienso que "Feel so close" es un tema excelente pero montado con esas imágenes y sin sonido ambiente queda fatal. Lo dicho, un mal videoclip. Luego tenemos la línea argumental del hermano mayor, que está aislada y no aporta nada al conjunto. Antonio de la Torre es una máquina (ved Grupo 7 o Gordos), pero su papel de depresivo es muy poco gratificante; un tijeretazo a la línea completa le sentaría estupendamente al ritmo de la cinta. Lo contrario ocurre con Benjamín, que al principio descoloca con su discapacidad intelectual, pero termina por ser una aportación divertida, cohesiva y emotiva.


La gran familia española es una película irregular que sale mejor parada de lo que su arranque pronostica. Hay que agradecérselo principalmente a los actores, que cargan con las dos vertientes del guión y sus altibajos. No he visto Primos (con la que, según dicen, esta guarda más semejanza), pero en AzulOscuroCasiNegro y Gordos encontré una personalidad que aquí solo despuntaba en escenas que valen su peso en oro. Regular por la comedia, muy bien por el drama.  

¡Saludos!

Reflexiones de bar:

1) De entre todos los apelativos cariñosos del mundo, "Bolita" no contaría entre mis favoritos.

2) Es una lástima que la ración de Raúl Arévalo sea tan escasa.

2) Caleb es trágico y épico; se merece una peli para él solo. Quim Gutiérrez es un actorazo.

3) Para quienes ya la hayan visto, ¿qué os parece el discurso final de Cristina, el personaje de Verónica Echegui? Me sorprende la reacción de su interlocutor; la mía sería justo la contraria.

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