30 de agosto de 2016

Cine: Star Trek - Beyond

(Suena el teléfono)
¿Diga? 

¡Hola, Justin! ¿Qué tal? 
Hola. Bien. Perdone, ¿usted quién es? 
Soy XXX YYYY, de Paramount Pictures. Y no me llames de usted, por favor (risas). 
De acuerdo... XXX (risas). Y bien, ¿a qué debo el placer de tu llamada? 
¡Hombre de acción que va al grano! Ya encaja, ya (risas). Pues mira, quería pedirte que dirijas la tercera de Star Trek. 
... 
¿Hola? ¿Sigues ahí? 
Si buscas a un director, está claro que no llamabas al número de Justin Timberlake, pero yo soy Justin Lin. 
Sí, claro. 
Lin. L-I-N. 
Sí, sí. 
El de The Fast and the Furious. 
De la 3 a la 6, sí. ¡Nos encanta la saga Fast! Oh, y dirigiste Modern Warfare. Qué pedazo de episodio, por el amor de Dios. 
Hace tanto de eso... 
No te pongas triste. Una carrera es toda una vida y a veces se toca techo muy pronto. Todo lo que hay que hacer es seguir tocándolo de vez en cuando. 
Supongo que llevas razón. 
Claro, Justin. Por ejemplo, con Star Trek (risas). Qué, ¿aceptas? 
Es tentador, pero... ¿Abrams está enfermo? ¿Indispuesto de algún modo? 
No, hombre. J.J se encuentra de maravilla y te manda saludos, pero está muy ocupado rebooteando a la competencia (risas). Nos harías un favor tremendo si aceptaras. ¡Eres nuestro hombre, Justin... Lin! (risas) 
(risas) De acuerdo, acepto. 
Fantástico (risas). ¿Emocionado? 
¡Por supuesto! Ya me están viniendo ideas. 
A ver, cuéntame. 
Así, en frío —hay que madurarlo, ¿eh?—, imagino... ¡a Kirk en moto! Algo antiguo pero a la vez moderno. 
¡Fabuloso! 
¿Sí? 
Es original, no cabe duda; al público le va a encantar. ¿Ves? Sabía que era buena idea contar contigo. 
¡Y acción a golpe de rock! 
Bueno, bueno, Justin... ¡Cuánto entusiasmo! (risas). Eso ya es algo más atrevido, pero seguro que encuentras el modo de que funcione. 
Y ya sabes que yo, de introspección y personajes, lo justo. Igual un poco para despistar, pero lo mío son cosas moviditas. 
Es un acercamiento respetable. En cualquier caso, con tus películas nadie se aburre.
¡Nadie! Son un no parar. 
¿Ves? Aún no hemos empezado en serio y ya nos entendemos a la perfección. 
Confieso que al principio no lo tenía muy claro. 
No hay que darle muchas vueltas. Al fin y al cabo, es una peli de Star Trek. 
¿En el estudio no os las tomáis en serio? 
¡Todo lo contrario! Pero la gente va a verlas salga lo que salga. Qué te voy a contar. 
Ya ves, esto de las franquicias da una tranquilidad... 
Pues eso.

11 de agosto de 2016

Cine: Jason Bourne

The Strike Blog - Jason Bourne - poster
El director Paul Greengrass retoma la historia del agente Jason Bourne (Matt Damon) exactamente donde la dejó dos películas atrás. Lo hace ocupando el lugar que estaba reservado a la secuela de The Bourne Legacy, el universo expandido donde se presentaba a Aaron Cross (Jeremy Renner), otro agente traicionado y perseguido por la corrupta CIA en su intento de borrar todo rastro de un nuevo programa de adiestramiento de mercenarios.

En lo personal, la aventura de Cross me dejó indiferente. Lejos de despreciar a Renner como actor –está bien en The Avengers y estupendo en Mission:Impossible o American Hustle—, no acabé de empatizar con él porque era un poco... ¿cretino? Será cosa de gustos, pero no me convenció. De hecho, al principio aparece Jason Isaac interpretando a otro soldado y se me iluminaron los ojillos, conque imaginaos el chasco que me llevé cuando en dos minutos lo liquidan. En fin, sin necesidad de extenderme más sobre Legacy, me cuento entre los que se alegraron al saber que el tándem Greengrass/Damon estaba de vuelta.

Esta quinta entrega de la saga exige que el espectador tenga buena memoria y un conocimiento razonable del personaje. Con un flashback de apertura (la secuencia final de Ultimatum, la tercera película) dan por zanjado el asunto de ponernos al día; a partir de ahí, vía libre para repartir estopa mientras se van atando cabos.

En cuanto a los tortazos, abundantes y bien dados, quiero recalcar que Bourne se enmarca en el cine de acción y no el de espionaje. La mezcla de estilos de lucha cuerpo a cuerpo y la brutalidad de estos (práctica y coherente, dado el contexto) redefinieron el género hasta el punto de influir en el enfoque del Bond de la era Craig. No sólo eso, cada película es una persecución sin descanso que lleva al límite la imaginación de escenógrafos y montadores para sorprendernos con algo mil veces visto. En un panorama dominado por el absurdo y los efectos especiales, el tratamiento de Greengraas supone un soplo de aire fresco. Como muestra de genialidad, en esta hay una espectacular secuencia en Atenas que es pura adrenalina y justifica por sí sola el precio de la entrada. 


La trama también ha ganado en profundidad al colocar la actualidad política en primer plano —los disturbios de la citada escena, tan realistas que ponen la piel de gallina— y meter un dedo en la llaga de la seguridad de las aplicaciones móviles. No es en absoluto descabellado pensar que las grandes corporaciones nos la estén metiendo doblada de esta manera. De hecho, la credibilidad y veracidad de lo expuesto —no entro en detalles— da bastante miedo. Además, disponer de Vincent Cassel como antagonista es otro de los aciertos de la cinta, pues se trata de un gran actor de presencia carismática e inquietante.
 
The Strike Blog - Jason Bourne - Alicia Vikander y Tommy Lee Jones
No obstante, hay que decir que nos dan cal y arena. Si bien acabo de aplaudir la coherencia y la sobriedad de la acción en Bourne, me veo obligado a pegarle un tirón de orejas a una de las persecuciones: donde Atenas quita el aliento, Las Vegas da ganas de arrancarse los ojos de las cuencas. Parece rodada por el doppelgänger de Greengrass, ese tipo que se llama igual y físicamente es clavado a él, pero en realidad es un perturbado con un gusto próximo al de Michael Bay que llega al set de rodaje y monta un cifostio digno de The Fast & The Furious. Coches saltando por los aires. En masa. Tal cual. Si la escena fuese breve, podría pasarse por alto ya que en dos horas hay sitio para meter la pata, pero es larguísima y va de mal en peor. El arranque, un poco a lo Rambo 3, lo puedo tolerar. 
Sobre las nuevas incorporaciones, Tommy Lee Jones se pasea por ahí en modo de piloto automático (en serio, no aporta nada, cualquier tipo con cara de malas pulgas servía) y la agente especial Heather Lee, interpretada por Alicia Vikander, parece un equipo de CSI: hace de todo, esté justificado o no. Dirige operaciones, hackea, es agente de campo.... Para colmo, sus motivaciones se columpian entre lo gris y lo incomprensible. Esto no sé si es cosa mía, que no presté suficiente atención, del guion o de la actriz, así que utilizo el comodín de la entretenidísima The Man from U.N.C.L.E. para no elegir lo último.

Finalmente, jamás una franquicia le ha sacado tanto jugo a la amnesia. Siendo críticos, la constante de recuperar la memoria, cada vez un cachito más, y una fórmula casi idéntica (localizan a Bourne, le dan caza y él acaba con todos los malos mientras destapa una conspiración gubernamental) llevan repitiéndose con mínimas variaciones desde The Bourne Supremacy, la segunda del paquete. No estoy pidiendo una re-reinvención del cine de acción (eso lo hará Nicholas Cage a los 60, muy a lo Liam Nesson XD). Tengo claro que Bourne ha llegado hasta aquí siendo una de las mejores en lo que hace y en esta ocasión lo ha vuelto a demostrar —aunque creo que la presencia del Amor hacía mucho bien al torturado agente, ahora algo más frío e inhumano de lo habitual—. Cada entrega del personaje supone una cita ineludible para los amantes de la acción de corte más o menos realista, pero sería gratificante ver algún tipo de esfuerzo por innovar como en su día hicieron la primera y segunda parte.

The Strike Blog - Jason Bourne - Vincent Cassel 
Ese intento por crecer narrativamente sí que se vio en The Bourne Legacy, que lanzaba la propuesta de agentes potenciados mediante adictivas píldoras. Por eso, aunque celebro el retorno de Damon como Bourne, me incomoda la sensación de "hacemos como que aquí no ha pasado nada", tan de moda en reboots y secuelas tardías. Más allá de conjeturas, es difícil saber qué futuro le espera al agente Cross: ¿el ostracismo cinematográfico? ¿Un Cross-over con Bourne? (perdón por el chiste malo :p). ¿Y qué pasa con Bourne? ¿Le harán recuperar otro pedacito de memoria en la siguiente? Cruzar los caminos de ambos fugitivos les hubiera permitido explorar dos formas distintas de trabajar y, quién sabe, realizar un relevo de forma natural o acabar por completo con esa posibilidad... porque el trabajo en equipo no es precisamente el fuerte de ninguno de ellos. Antes he dicho que Cross era un poco cretino; aunque no me cuesta imaginar a Bourne quitándolo de en medio (por principios, ya sabéis :p), lo más productivo sería convertirles en frenemies y mantener una doble franquicia con estrella invitada de lujo. En cualquier caso, la suma de talentos es una vía que tanto Legacy como Jason Bourne parecen dejar pasar de largo, al menos de momento.

En conclusión y para dejar de divagar, Jason Bourne es una película notable. Parece que tenemos agente amnésico para rato y, cuando se vuelva a dejar encontrar por la CIA en dos o tres años, no pienso perdérmelo.

¡Saludos!

3 de agosto de 2016

Como decíamos ayer...


Mis queridos lectores, ¿qué mejor momento que primeros de agosto para dar carpetazo al difunto 2015? :p

Para Cosette y para mí fue un año de poco cine y nos resulta imposible llevar al día el mercado actual de series; en consecuencia, la siguiente recopilación es incompleta y, por supuesto, irremediablemente subjetiva. A por ello.


LUTHER
Mención especial al retorno de mi policía británico favorito, tan competente como torturado. Solo han emitido dos capítulos de la cuarta temporada (¿habrá más?), pero han bastado para quitar el mal sabor de boca que me dejó el final de la tercera. Nuevos personajes en viejas situaciones que conservan el aroma de lo que hace grande a esta serie.


THE AMERICANS
Con cuatro temporadas a sus espaldas, la historia de este matrimonio de agentes soviéticos viviendo en suelo americano ha alcanzado la madurez y amenaza con seguir dando momentos inolvidables a la par que angustiosos (¿sabíais que una persona cabe en una maleta de viaje? ^_^U). Los protagonistas han evolucionado y los dilemas a los que se enfrentan han dejado de ser exclusivamente de seguridad nacional: ¿por qué hacemos lo que hacemos? ¿Qué herencia queremos dejar a nuestros hijos? A esta serie superlativa e imprescindible le auguro un final agridulce. Si no habéis empezado con ella, ved el piloto y comprobad qué sensaciones os da; si os defrauda, os devuelvo el dinero :p


HOMELAND
Un hombre de verdad sabe reconocer cuándo bajar la cabeza y aceptar que algo es más grande que sí mismo: Homeland debe de serlo, digo yo… porque si no menciono la quinta temporada mi novia me deja.
Coñas al margen (:p), Homeland hace unas cuantas cosas bien. La primera es el reinventarse cada año bajo el prisma de la amenaza terrorista. La segunda son las aristas no siempre amables de Carrie Mathison, riesgo aplaudible como espectador. Es un personaje en crecimiento constante; quienes pensábamos que la maternidad iba a ser una lacra para la serie posiblemente no supimos ver que tal vez sea la gran vía de redención para Carrie. La tercera es la clarividencia, con conflictos internacionales que se asemejan de modo terrorífico a la situación actual del bloque del este (“This is the new normal, gentlemen”). La cuarta son los villanos y, en esta ocasión, Alison (Miranda Otto) ha demostrado que las puñaladas también pueden venir de aquellos en quienes confías. La quinta es Peter Quinn, secundario que se ha ganado el ir avanzando de posición en los posters promocionales hasta ser un clarísimo favorito de los espectadores, capaz de robarle el protagonismo a la mismísima Carrie (incluso con líneas tan flojas como la de este año) o de poner en duda cómo se forjan las relaciones más importantes de la serie… Como no quiero entrar en el terreno de los spoilers, solo añadiré esto: ¡nos tienes en vilo, Quinn!

 THE KNICK 
A Soderbergh le das un rato libre y:
- Te ilumina, rueda y edita él solo una “serie de médicos” como la copa de un pino.
- Decide que sea de época, a principios del XIX, porque la medicina moderna está muy vista.
- Le da una personalidad sonora y visual inconfundible.
- Se rodea de un casting sin fisuras.
- Escribe a un grupo de personajes grises y complejos; en definitiva, muy humanos.
The Knick es una de esas series que tienen que recomendarte porque probablemente no verás demasiado publicitada. Si os llega el canto de sirena, no os tapéis los oídos y abrazad su melodía.


MR ROBOT
Esta historia nos habla de la revolución en las sombras contra el control de la macrocorporación E-Corp (Evil Corp, como no dejan de llamarla), enfocada desde la perspectiva de un grupo de hackers. Utiliza imágenes y nombres reales para criticar el mundo contemporáneo; emplea argot informático de modo alienante; bombardea sin miedo con planos incómodos, tempo inquietante y música machacona; está protagonizada por seres que habitan en la frontera de la cordura… Eliot y Tyrell Wellick, su némesis, serán difíciles de olvidar. Ah, y me inclino antes esos títulos de crédito propios de un Tarantino desatado.

Mr Robot es singular, probablemente la cosa más rara y arriesgada que he visto en TV (no tengo ni idea de por dónde irán los tiros en las segunda temporada). Aunque me ha encantado, soy incapaz de recomendarla.


AGENT CARTER
La agente Peggy Carter fue uno de los muchos hallazgos de Captain America. Reconocer su valía con un spin-off ha redundado en un acierto detrás de otro, y Hailey Atwell (una actriz fantástica) ha exprimido cada segundo en pantalla.

Mantiene el tono de espionaje y aventuras de la película original, muy logrado pese al ajustado despliegue de medios. Al espectador se le presupone un conocimiento “básico” (saber quiénes son Steve Rogers/Capitán América o Howard Stark, y la relación que tenían con Peggy), pero en general encaja en la cronología Marvel sin que eso suponga una lacra insalvable para los no iniciados. Logra desmarcarse de las ataduras del original gracias a personajes carismáticos y a un guion fresco y ágil que se beneficia de la química que mantienen entre ellos.

Recuerdo que el piloto me dejó un poco indiferente, pero el ritmo mejora una barbaridad a medida que pasan los capítulos. Es una serie divertida sin dejar de ser oscura que al final me tenía enganchado sin remedio, siempre con ganas de más y gozando de cada chliffhanger, marca del género. Ya sea por completismo o para pasar un buen rato, Agent Carter es una magnífica elección.

Update: ugh, la han cancelado… lo cual no anula nada de lo dicho. Go, Peggy, go!


MOZART IN THE JUNGLE
Me aproximé a ella con cautela, como si fuera un animal salvaje que huiría de mí en cuanto me viera, pero me cautivó con sencillez, buen rollo y cierto grado de locura. Entre los modos de tratar el ambiente entre bambalinas de una orquesta de primer nivel, temía que la escogida por Roman Coppola y Jason Schwartzman se regocijara en el ombliguismo; sin embargo, su retrato de las élites es crítico, condescendiente y simpático. Quiero pensar que saben de lo que hablan y, precisamente por eso, han sabido adaptarlo incluso a paladares no exquisitos como el mío.

Mozart in the Jungle se pasa en un suspiro gracias a sus personajes, gente corriente en situaciones excepcionales y viceversa, y tiene momentos de belleza musical y estética simpar (el caballo blanco en la mansión, onírico, o ese emocionante ensayo en plena calle…). Me hizo ilusión que Gael García Bernal consiguiera el Emmy por su interpretación de Rodrigo, ese director de orquesta carismático, genial y atolondrado que dota de alma a una serie fresca y dinámica. Si pongo más adjetivos voy a reventar… ¡vedla ya!

Update: justo ahora mismo veo que la segunda temporada está disponible desde diciembre. Andar ocupado es fatal para las aficiones :p


DAREDEVIL
Durante esta temporada televisiva he consolidado dos opiniones. La primera es lo capital de que un producto audiovisual cuente con buenos actores y actrices para implicarnos en la historia***. La segunda, solo aplicable a ciertos tipos de producto, es que un gran villano multiplica la diversión y el interés; puede incluso eclipsar al héroe… y eso está bien. El Daredevil de Netflix cumple ambos conceptos a rajatabla, dando cuerpo a una historia que conocéis de sobra: chico ciego con poderes es abogado de día y justiciero en leotardos de noche. Si uno es capaz de aceptar la propuesta, el resto llega solo porque, madre mía, ¡qué pedazo de serie primera temporada!

En esta ocasión, el abogado es Charlie Cox, a quien no era capaz de imaginar en la piel de Daredevil hasta que le vi metido en el ajo. Lo mismo con Vincent D'Onofrio. ¿Kingpin? ¡Anda ya! Pues es lo más arrollador de un conjunto que deslumbra por su excelencia. El mimo con que se construye a Wilson Fisk obliga a pensar en por qué no se ha hecho SIEMPRE así. El desprecio total con que se define al villano ha salpicado a casi todos los Bond (por nombrar a un damnificado obvio) y empaña una cifra no desdeñable de historias en todos los formatos. Y volviendo al tema, Charlie Cox, Rosario Dawson (Claire), Deborah Ann Woll (Karen Page), Elden Henson (Foggy) y Ayelet Zurer (Vanessa) están fantásticos; el tono es perfecto y la trama sorprende a cada capítulo sin dejar de avanzar ni tropezar con clichés absurdos que en otras creaciones del género se perpetran con piloto automático. En conclusión: Daredevil es B R U T A L.   

*** Outlander y sus protagonistas (con la expresividad de un cenicero) son la excepción de manual a la primera norma. La presencia de Black Jack, tipo deliciosamente sádico y perverso, no fue suficiente para compensar la tortura que suponía aguantar a Kaitriona Balfe y al tipo ese cuyo nombre me da pereza buscar en cada maldito plano. Está claro que nacer con un rostro agraciado tiene su utilidad… Le dimos patada tras diez agónicos episodios.


*** Lo de The Man in the High Castle es distinto. Si bien Alexa Davalos es incompetente y lo de Luke Kleintank directamente no tiene nombre (es el sosainas carapalo de Joe Blake), Rufus Sewell, Rupert Evans, Cary Hiroyuki Tagawa, todos los secundarios y un mundo bien construido hicieron que nos cascáramos la primera temporada con extraño gusto. 

Update: la segunda de Daredevil ha dejado bastante que desear. Personalmente, he acabado hasta el moño de ataques ninja sin sentido y hasta le he cogido un poco de manía a Matt (a veces parece corto). Ha habido elementos positivos, como Frank Castle, Fisk (otra vez) o la evolución de Elektra. Supongo que el problema fue dónde dejó el listón la primera… ¡Que la tercera sirva de desempate!


JESSICA JONES
La calidad de Daredevil te lleva directo a Jessica Jones, también de Netflix y con la que comparte la ambientación del Hell’s Kitchen neoyorquino. Por razones similares a su hermana de cadena, constituye otro acierto: pies en el suelo, protagonista interesante (actriz ideal) y villano de lujo (actor ideal). 

Tal vez tenga alguna salida de tono en su tramo final, pero es que el arranque es tan contundente que resultaba complicado mantener el equilibrio. En este caso hay una trama paralela torpemente escrita (el grupo de apoyo) que, gracias a una maniobra más o menos graciosa, nos deja en un “bueno, por qué no”. También hay un secundario al que se da cierta cancha, Luke Cage, que tiene muy poca presencia para tanto cuerpo… y lo dejo ahí, que estoy de demasiado buen humor como para ponerme a rajar en serio. Sin embargo, Trish y Simmonds aprovechan cada secuencia y se convierten en parte esencial de la historia (¡mucho ojo con ambos!). 

Salvo el par de pegas, Jessica Jones es una serie perturbadora e inquietante, cruel como pocas, que se merece que le echéis un vistazo al piloto: os dejará con el culo pegado al sofá y ya no podréis volver a  levantarlo.   



SENSE8
Elección, identidad, amor, comunidad, sacrificio, destino. Estos temas rondan en el imaginario de las hermanas Wachowski desde su debut en la magnífica Lazos ardientes (Bound, 1995) y, sin duda, estallaron en The Matrix (1999). Mucho ha llovido desde entonces, pero la aparición de Sense8, su primer trabajo en TV, confirma que sus obsesiones siguen ahí y conservan el buen pulso para atar una buena historia (sí, sí, corramos un tupido velo sobre Jupiter Ascending).

La trama nos mete de lleno en la vida de ocho individuos que, repartidos por los cinco continentes, no se conocen entre ellos y nada tienen en común hasta que comparten la visión de una mujer que se suicida. A partir de ese momento, todo dará un giro radical cuando descubran que están conectados de una forma que no alcanzan a comprender.

Es sencillo trazar paralelismos con las ideas expuestas en Cloud Atlas, que codirigieron junto a Tom Tykwer, que aquí codirige y coguioniza. J.M. Straczynski también está detrás del proyecto. Grandes nombres a los mandos y un casting impecable al frente de las cámaras, herencia televisiva y cinematográfica de creaciones previas. Tiene el mejor montaje que he visto en una serie de televisión, digno de elogio y sin tregua para el espectador. Es ambiciosa, aunque la verdad es que toca unos palos mejor que otros (ay, Wachowskis, qué insistencia en el amor…), por lo que es muy fácil hacerse fan de Nomi y Amanita y cuesta un poco compartir la “química” entre Kala y Wolfgang, por ejemplo. Lito (maravilloso Miguel Ángel Silvestre), Sun, Riley, Capheus… cada personaje tiene algo que lo hace especial, merecedor de formar parte de este peculiar experimento.

En este caso, tampoco tengo idea de cómo piensan desarrollar la historia durante la segunda temporada (cosa que me encanta) y, por desgracia, tendremos que esperar a diciembre para saberlo. Es complicado hablar de Sense8 sin desvelar alguno de sus secretos, conque no dejéis que os cuenten nada sobre ella: lanzaos al vacío y disfrutadla u odiadla sin más. Sea lo uno o lo otro, volved para compartir la experiencia ;)
 

Dejo en el tintero a Penny Dreadful (de la que solo me falta por ver el capítulo final), la primera de The Expanse (muy recomendable, y sobre la que podéis leer aquí) y alguna más que ahora no recuerdo. Pero o subo ya esta entrada o quizá pasen dos años y medio más…

¡Saludos!

(PD: os he echado mucho de menos y no sabéis la ilusión que me hace publicar esto, aunque sea tarde y mal. ¡Gracias por llegar hasta aquí!)