13 de agosto de 2012

Cine: "The Dark Knight Rises"

"Nolan entrega otro largometraje brillante, rico en matices y lecturas, y concluye su épica saga regalando a los fans del cruzado enmascarado la que sin duda es la trilogía superheroica más sólida hasta la fecha".
'Nolan y Bale se alian de nuevo para abrumarnos con pedantería y pretenciosidad. Hablan de justicia, política e ideales (hasta pretenden abordar el romance) pero el discurso, aunque camuflado tras un elegante (bat) traje, está completamente hueco".

¿Cuál elegís? Yo me quedo con las dos porque en The Dark Knight Rises hay un poco de cada. Me gustan las películas de Batman pero me toca las narices el circo gafapastero de análisis social que se monta en torno a ellas. Algo positivo que veo en otras adaptaciones comiqueras como Spiderman o Los Vengadores es el no tomarse en serio como forma de ahorrar sufrimiento en el trasvase de medio. Los superhéroes lucen en viñeta, en animación o en videojuego (echad un vistazo a cualquiera de los Arkham) y cada vez que los sacan del hábitat primigenio divagan el rato necesario para justificar el ser como son: por qué visten como lo hacen (el chiste de la lycra es un clásico) o por qué la mayoría se comporta como un hatajo de psicópatas (Batman, el primero). Una vez aceptamos su mundo y sus normas, tienen nuestro permiso para pasar a la aventura.

El Batman de Tim Burton y Michael Keaton era un freak que se colgaba de los pies boca abajo para echar una siestecilla, un multimillonario que de noche salía a repartir leña con el fin de hacer justicia en la podrida ciudad de Gotham y combatir el dolor de haber presenciado el asesinato a sangre fría de sus padres cuando tan solo era un niño. Cuando ese tipo entonaba el "I'm Batman" con carraspera no nos entraba la risa floja porque formaba parte del pacto de lectura junto al bat-móvil, la bat-señal y los villanos histriónicos. Con Batman Begins, Christopher Nolan y Christian Bale nos vendieron a un ninja urbano experto en varias disciplinas marciales cuyo emporio financiero le daba ventaja táctica (es decir, tenía carísimos juguetitos anti-crimen, aunque esta vez ya no se llamaran bat-algo); eso es lo más cerca de la plausibilidad que Batman puede estar del mundo real. Por si surgían dudas sobre sus pretensiones, la carraspera seguía ahí y el aire místico de Ra's al Ghul dejaba claro que, más allá de símbolos e iconos, la reflexión filosófica era buscarle tres pies al gato.

"There's a storm coming, Mr. Wayne. You and your friends better batten down the hatches, because when it hits, you're all gonna wonder how you ever thought you could live so large and leave so little for the rest of us"
Con el binomio formado por The Dark Knight y The Dark Knight Rises la cosa cambió. Pretenden vender el universo de Batman como un lugar reconocible (cualquier megalópolis occidental) donde las situaciones y reacciones en él ocurridas se muevan por parámetros de absoluta veracidad. Lo siento, pero no. ¿Era necesario que todos los seguidores de Bane fuesen unos andrajosos, un eco chungo y nada procesado del perroflautismo más básico? La sutileza brilla por su ausencia. Por poner otro ejemplo, los juicios populares "moderados" por el Espantapájaros quizá funcionen como idea, pero a la práctica me pareció estar viendo una mala parodia de la Reina Roja: "¡Que le corten la cabeza!".

No son solo las coincidencias (la relación entre John Blake y Bruce Wayne se teje en base a un McGuffin tan ridículo como "supe que eras tú por tu mirada") o lo endeble de algunos conceptos (la prisión de Bane da para una entrada entera), sino que la brocha gorda forma parte inseparable de la naturaleza de los personajes: la radical escisión social mencionada antes; la motivación de chiste de los villanos (así como sus rocambolescos planes, que incluyen persecuciones al límite y la voladura masiva de objetos); el papel de MatthewModine, representante de un cuerpo de policía atontado o implicado en función de las necesidades del guión; los romances WTF (¿a alguien le importa un comino alguno de ellos?); y... Batman, con quien no se aclaran. Su discurso vira de lo extremo a lo conservador según sople el viento.

Tal vez sea demasiado exigente, pero este caballero oscuro, amparado en la bendición mayoritaria de la crítica, tiene un concepto tan alto de sí mismo que uno no puede sino medirlo por el rasero de su propia ambición: el ejemplo a seguir, la reflexión como detonador de la acción, ¡la inmortalidad cinematográfica! Nuevamente, no. Ni la idea se sostiene en términos de realismo social ni la profundidad psicológica ensalza cada escena. Ya siendo puntilloso, que un tipo se vista de murciélago con capa y orejitas tiene guasa... Si las pretensiones de Nolan pasaban por una redefinición verité del personaje, que le echara un par y rediseñara su indumentaria dejándola en la mínima expresión (la armadura de Wayne Enterprises y el Tumbler eran un buen punto de partida). Evidentemente, seguir ese camino hubiera garantizado la ira de los fans, pero esa es otra historia y, en realidad, es lo de menos.

Pese a todo, nos encontramos con una película que se pasa volando, un mérito considerando que excede las dos horas y media. A base de concesiones, funciona (sí, mis queridos ocho lectores, pese a toda la rajada pienso que funciona). Si pasamos por alto la ambición de los guionistas en su intento por tocar demasiadas teclas o perdonamos los agujeros de guión, estamos ante una buena película... de Batman. Retomo la idea original: me gustan las películas de Batman son como las de James Bond pero con latex en lugar de seda italiana. Su primera aparición motorizada en el túnel es épica y las pocas escenas en las que aparece el murciélago tienen la intensidad propia de un superhéroe. Además, hay nuevos secundarios de peso como la ladrona de guante blanco Selina Kyle (Anne Hathaway) o el policía John Blake (Joseph Gordon-Levitt), que amenizan la historia con más gracia que el propio Wayne/Batman; de hecho, a ratos parece que veamos una película sobre el impacto de Batman en Gotham con puntos de vista externos ya que, incluso como Bruce Wayne, Christian Bale tiende a desaparecer dejando que los demás construyan el relato.

Nolan ha conseguido que el personaje alcance la figura de mito, pero en esta última entrega ha perdido un poco el norte y ha mezclado churras con merinas: la denuncia social seria le viene grande al bueno de Bats, con Nolan al frente o sin él. Sin embargo, como en las olimpiadas, conviene valorar tanto la dificultad del ejercicio como su ejecución. Por tal razón, hay que reconocer al director el haber aspirado siempre a lo más alto, al más difícil todavía, y con ello ser capaz de ampliar las miras del cine de entretenimiento. The Dark Knight Rises conecta mejor con las características de un gigantesco epílogo (el cierre de la trilogía) que con las de una película autónoma, pero en cualquiera de los acercamientos es disfrutable como espectáculo de altos vuelos. No cabe duda de que la trilogía del murciélago define una época y ha puesto el listón a una altura que pocos podrán igualar.

¡Saludos!

Reflexiones de bar:

1) Espero que los ingenieros de la División de Ciencias Aplicadas de Wayne Enterprises tengan alguna clásula draconiana en su acuerdo de confidencialidad...

2) Nolan quería rodar su propia secuencia a lo Braveheart y no sabía cómo justificarlo: aunque todos vayan armados, solo disparan cuatro gatos. Una cosa es tenerse ganas y otra, ser idiota: todo bonico, sí, pero no tiene sentido.

3) Y vale que esto no sea Rookie Blue, pero la policía de Gotham debería aprender el concepto de discriminación positiva.

4) Bane me genera sentimientos encontrados. Tom Hardy le aporta la fisicidad y mal rollo; tiene presencia. Sin embargo, no lo explotan lo suficiente (esas motivaciones, otra vez...) y lo que deciden hacer con él no tiene nombre.

5) Anne Hathaway ha cerrado unas cuantas bocas con su interpretación de Catwoman (la mía, para empezar) y Joseph Gordon-Levitt demuestra una vez más que es un actor solvente y todoterreno. Larga vida a los middle-names y a repartir spin-offs ;)

25 de julio de 2012

Cine: "The Amazing Spiderman"

Vaya por delante que Spiderman (2002) me parece una de las adaptaciones al cine más acertadas que se han hecho de un superhéroe. Le veía defectillos como que Peter Parker fuera demasiado pardillo, pero el ritmo endiablado que le imprimía Raimi y un villano corrosivo (¡y cachondo!) como el Duende Verde compensaban cualquier pega con creces. En tono y buen hacer la concibo como la precursora de Iron Man, que trajo consigo la reciente avalancha de éxitos para la división cinéfila de Marvel; además; hizo realidad algo que muchos creíamos inimaginable: dar vida fuera de las viñetas a nuestro amigo y vecino Spiderman.

Diez años después llega The Amazing Spiderman, que deja en la cuneta la trilogía original para reiniciar la saga. Director, actores, historia, villanos... todo es nuevo, lo cual no impide que sea imposible analizarla sin caer en la comparación, tanto con su joven abuela como con las decenas de enmascarados que han llovido desde entonces. Las similitudes con la original siguen pesando: la jerga pseudo-científica y algunas situaciones de la trama harían sonrojar a un niño de diez años ―gajes de derivar de un personaje creado en los 60 cuyos fans se arrancan la piel ante la sombra (¡amenaza!) de cambios―. "¿Qué? ¿Que las telarañas las fabrica su cuerpo tras la mutación? ¡¡Eso no tiene sentido!!" (sin comentarios). Las diferencias son solo pequeños ajustes que respetan los roles canónicamente establecidos: Mary Jane por Gwen, la universidad por el instituto o Jonah Jameson por el capitán de la policía de Nueva York. Finalmente, la película presenta como único villano a un clásico, el Lagarto, y desarrolla su relación dual con el héroe a lo largo de la trama
aunque el aspecto emocional Connors-Parker esté poco conseguido, demostrando que los guionistas han intentado aprender de los errores que dieron al traste con Spiderman 3 (del emo-Peter mejor nos olvidamos...). 

Sin embargo, la campanada de la nueva franquicia reside en el binomio Peter-Spiderman. Para empezar, Andrew Garfield construye un adolescente resentido y confuso que casa mejor con la idea de héroe novato en todos los frentes. Valga como ejemplo que por las noches regrese al hogar de tía May con el rostro castigado y la mirada esquiva como si hubiera estado en el Club de la Lucha, pero después titubee para fijar una cita con la chica de sus sueños. ¡Dulce juventud! En cuanto a ella, Emma Stone encarna sin problemas a Gwen Stacy, la empollona cañón que los tiene bien puestos, la confidente del héroe. El romance no agota pese a lo previsible porque las cucharadas de azúcar son las justas y se contrarrestan con las piedras que les ponen en el camino o con la sal del humor ("Gwen, voy a tirarte por la ventana"). Vamos, que la pareja tiene chispa delante y detrás de las cámaras, según dicen :p. Y Spiderman es, en efecto, asombroso. Sus posturas icónicas (perfectamente capturadas), su modo de moverse, de luchar, sus chistes malos mientras se juega la vida, sus dilemas; todo está ahí. En este punto la película, si bien no se siente necesaria, es plenamente satisfactoria.

Tras las dos horas largas de este nuevo Spiderman no tengo la impresión de haber perdido el tiempo. Al contrario, es una película entretenida, bien interpretada y muy bien hecha (los VFX hacen que el arácnido luzca). Por otra parte, creo que la ruptura con la propuesta de Raimi y Maguire no es tal y, salvo por razones evidentes, bien podríamos estar ante Spiderman 4. Alejado del modelo, será en las secuelas donde The Amazing Spiderman demuestre si ha encontrado una voz propia o estamos ante un burdo intento de Sony para seguir llenando sus arcas. En calidad de aficionado, por el momento doy la bienvenida a toda obra que capture la esencia del personaje y lo dé a conocer a las nuevas generaciones. Spidey is back!


¡Saludos! 
Reflexiones de bar:
 

1) El traje resulta creíble en tanto que puede llegarse a aceptar que lo haya cosido a mano una persona muy pero que muy capaz: se le ven los costurones entre retales de distinto color , tiene arrugas por la zona del cuello y detalles graciosos como la suela de calzado deportivo, como si un adolescente hubiera usado materiales caseros para darle forma. El traje de Maguire era casi perfecto, y precisamente por eso, menos adecuado. Eso sí, a ambos les eliminan las orejas... ¿lo harán digitalmente o con esparadrapo por debajo de la máscara? :p

2)  Si la "evolución" e intervención de secundarios como Flash no se trabaja, es preferible que se mantengan planos de principio a fin o directamente no aparezcan.

3) No he leído la línea Ultimate de Spiderman, conque no sé si la idea nace ahí, pero el comic clásico nunca necesitó misterios familiares para que las aventuras del trepamuros tuviesen sustancia. ¿Realmente tienen un plan para "la verdad sobre sus padres" o juegan a ser Lost? ¡Ese gancho no me atrae nada!

4) Este fin de semana se ha estrenado la tercera de Batman (o la séptima, según se mire XD). No olvidéis que es perfectamente compatible con Spiderman y podéis ir al cine verlas las dos :p

5 de julio de 2012

Cine: "Blancanieves y la leyenda del cazador"

Contar las historias de toda la vida como se ha hecho toda la vida es ahora un acercamiento demodé: hay que alterar elementos, transgredir de algún modo, que todo cambie para que todo siga igual. El éxito de las Fábulas de Bill Willingham en el campo de la novela gráfica o Once Upon a Time en televisión ponen de relieve que esta práctica gusta entre el público. En cine también han querido sacar tajada, claro; por ejemplo, ¿y si la malvada madrastra estuviese más buena que el pan con chocolate y Blancanieves no lograra hacerle sombra ni mirándonosla con buenos ojos?

Vale, el giro de tuerca de Blancanieves y la leyenda del cazador no es ese, pero sí es uno de los divertidos daños colaterales de tener a Charlize Theron como reina Ravenna y a Kristen Stewart como Blancanieves. El público femenino tampoco se queda sin su cupo de carne, bien cubierto por la hercúlea presencia de Chris Hemsworth en el papel del cazador y de Sam Claflin en el inncesario papel del arquero William. Aunque de entrada parezca un bodrio en la liga de Eragon, la historia no solo supera las expectativas sino que se las ingenia para sorprender con una factura técnica competente, un aire enfermizo que en algunos momentos logra dar bastante mal rollo y un tono general adulto y reflexivo. Esto debemos agradecérselo en gran medida a Chalize Theron: su interpretación sube de nivel el producto y sitúa a su memorable villana como potente eje del relato.

El sufrimiento humaniza a Ravenna. Aunque probablemente no empaticemos con sus métodos, al menos comprendemos su motivación y, por ende, el origen del mal que la consume a ella y al reino. A la postre, su personaje se sobrepone al arquetipo unidimensional para convertirse en un ser de carne y hueso que nos interesa. Tal hazaña nos hace pasar por alto el comportamiento de acelga de Blancanieves (justificado por la trama, pues un encierro de una década atonta un poco). Con la joven princesa juegan a eso de los miopes y la mirada profunda, pero haciendo que la chica se maraville y abra la boca con cada cosa bonita que ve (normal: volvemos al secuestro), de igual modo que aquel quien la conoce intuye que es especial. Cualquiera excepto el cazador, claro, que de héroe a priori tiene poco. De hecho, es un borrachuzo de tres al cuarto que está de vuelta de todo y no tiene demasiado interés ni en cargarse a Blanca ni en pasar por el aro de la reina. De nuevo (¡bravo!), hay una buena razón para ello.

No es que la película verse sobre filosofía y drama existencial o sea un ejemplo de desarrollo de personajes, pero se agradece el esfuerzo por desconectar el piloto automático e intentar aportar algo (los resultados serán desiguales, mas la voluntad está ahí). Por otra parte, a medida que avanza el metraje Blancanieves adopta una actitud proactiva en su papel de presa y decide plantar cara. Hablan de alegato feminista; yo no diría tanto, pero es significativo que, por una vez, la hembra no dependa del macho para salvar su hermoso pescuezo ni el interés amoroso sea más apremiante que la propia misión ―en realidad, "los asuntos del querer" pasan tan torpemente de refilón que uno se plantea si merecía la pena explorar ese terreno. 
 
Como último apunte, tengo la impresión de que el desenlace de Blancanieves y la leyenda del cazador ha pasado por varios guionistas (o productores) antes de llegar a la sala de edición, dejando un regusto algo ambiguo en el mensaje a transmitir. ¿Hasta dónde querían empujar las barreras? La progresión de la película es pausada pero vibrante, muy recomendable para aquellos amantes de la fantasía que gusten de un universo imaginativo y bien planteado. El final (a medio gas, anticlimático) deja varias incógnitas en el aire... lo cual es, pese a todo, un extraño punto a favor de la película. Resulta sencillo imaginar un director's cut demoledor.

Reflexiones de bar

1) Me quedé con ganas de cazador y me sobraron todas y cada una de las escenas del tal William (pienso que podría ser directamente eliminado de la trama sin consecuencias significativas).  

2) El director fusila sin complejos una escena de Mononoke Hime. Luego nos quejamos de Tarantino :p

3) En efecto, no he dicho nada de los siete enanitos. Ni son siete ni me referiría a ellos en estricto diminutivo. ¿Mi consejo? Descúbrelos por ti mismo (aunque adelanto que pasé toda la película esperando a que uno de ellos espetara algo como “Welcome to fuckin’ Fairyland, you fuckin’ cocksucker!”. El momento no llegó U_U) .
  
4) Ravenna... ¿Cuervonna? El rey debería haberlo visto venir XD

5) ¿Soy el único que captó la DETERMINANTE escena lésbica? XDDD

6) Debo insistir: Charlize Theron, brutal. La película es suya.

¡Saludos!

9 de junio de 2012

Lo que se avecine: un paseo por 2012 en 15 títulos

Estos días he ido encontrándome con trailers de títulos que se estrenarán a lo largo del año y pedían a gritos una entrada a modo de recopilatorio. Buscar por YouTube o la imprescindible IMDB es algo que sabéis hacer solitos, pero sé que hay algún que otro gandul entre mis queridos ocho lectores al que le gusta que se lo den todo hecho (no doy nombres :p). ¡Pues para eso está The Strike Blog! Satisfacer vuestros deseos incluso cuando no sabéis que los tenéis es algo que me llena de felicidad...


6 de julio
El reboot del hombre araña ocurre solo diez años después de que la versión de Sam Raimi y Tobey Maguire viese la luz. ¿Puede que el germen del proyecto fuese la negativa de los antes citados a participar en una cuarta parte? Sea como fuere, Andrew Garfield es el nuevo encargado de enfundarse la máscara arácnida y liarse a mamporros con el Lagarto en una cinta de tono algo más lúgubre que la de su antecesor. ¡Suerte, Spidey!


THE DARK KNIGHT RISES
20 de julio
The Dark Knight fue la película que inauguró este blog; entonces no la vi tan fantabulosa como la crítica y sigo sin hacerlo. Divago, como siempre. Al tema: ¿que The Dark Knight Rises tiene buena pinta? Eso y más, pero no puedo evitar sentir recelo hacia ella porque vuelve a durar un potorrón (sello Nolan) y, por supuesto, emana pretenciosidad de cada fotograma. Lo mejor, como siempre, es guardarse la opinión hasta que la hayamos visto... porque la veremos.


3 de agosto
Repito: 3 de agosto. No digo más (y pensar que en USA la estrenan este fin de semana…).


10 de agosto
Los rizos pelirrojos de la princesa Merida me tienen técnicamente enamorado (nada que ver con mis fetichismos varios, vamos :p). A juzgar por los distintos trailers se trata de una película eminentemente cachonda, dejando la épica “seria” a un lado (al menos de entrada), en la que el “Brave” del título hace clara alusión al carácter rebelde de la princesa. En el peor de los casos será entretenida, sobre todo si la vemos en versión original y disfrutamos de ese acentazo escocés tan cómicamente marcado.


10 de agosto
La primera vez que oí hablar de ella pensé que se trataba de un drama. Bien, ved el trailer y comprobaréis que no. Tom Cruise, enorme.


10 de agosto
No sé qué decir… adoro la original de Schwarzenegger. En realidad, esta solo da la impresión de compartir el concepto de “Recall”, ya que lo de Marte se lo han pasado por el forro como si tal cosa (algo que me parece estupendo porque si no sería la misma película). Como detalles, querría señalar que espero que pulan algunos FX, como los del tiroteo, y que Kate Beckinsale de malota badass funciona bien. Si crítica y público no se la comen tal vez valga la pena darle una oportunidad. 
A todo esto, Onari, el guión es de Kurt Wimmer ;)  


17 de agosto
Los Vengadores y Misión: Imposible- Protocolo Fantasma han hecho un favor tremendo a la cuarta de la saga Bourne: a estas alturas, ¿quién no adora a Jeremy Renner? Si al magnífico casting habitual le añadimos a Rachel Weisz, Edward Norton u Oscar Isaac el gozo está servido. ¿Hará Matt Damon el esperado cameo?


26 de octubre
Pese a unos inicios prometedores, Ben Affleck no llegará a lo más alto actuando, pero está claro que dirigiendo tiene bastantes oportunidades de lograrlo. Por The Town y Gone, baby, gone le comparé con Eastwood. El tráiler de Argo revela una mente inquieta, original, con ganas de arriesgar… Ojalá le salga bien.  


31 de octubre
Con solo dos películas encarnando al personaje, Daniel Craig ya se ha convertido en mi Bond favorito (lo consiguió con tan solo una, de hecho). Superadas las trabas financieras de la productora, Skyfall es una máquina imparable de rumores, titulares, expectativas y, esperemos, buen cine. Tengo curiosidad por ver qué tal le sienta el toque Mendes a la saga.


9 de noviembre
Es oler el nombre de Ryan Gosling y saltar cual liebre sobre una zanahoria. ¡Maldita seas, Drive! :p Así, de enlace a enlace, llegué a Gangster Squad, donde también brillan Josh Brolin, Sean Penn y Emma Stone. Ah, si a alguien más le recuerda a Los Intocables que levante la mano y lo agradezca conmigo.


30 de noviembre
¿Disney jugando a ser Pixar? En Enredados les salió de maravilla, así que repetir la jugada es un movimiento lógico. Me encanta cuando tropiezas con un proyecto que no conocías de nada en fase tan avanzada y que tiene tan buena pinta. Además de que la idea me parece genial, la secuencia de terapia de grupo me ha robado el corazoncito (qué fácil es camelarse a un friki...). Por cierto, la cría del final es un puntazo XD


14 de diciembre
Decir que el regreso a la Tierra Media será el evento de las navidades es quedarse corto. Tras un par de espantadas, Peter Jackson ha cogido el timón del proyecto; sin desmerecer en absoluto el trabajo de Guillermo del Toro (cuya aportación pervive en gran modo), me cuento entre los que se alegran por ello. Los de New Line están dosificando la información para poner los dientes largos sin revelar demasiado, que aún falta medio año para el estreno. De lo que se sabe, ¿no es Martin Freeman un joven Bilbo magnífico y los enanos, sencillamente espectaculares? Presupuesto, casting, talento y apoyo de los aficionados le sobran, conque si le echan ganas estaremos ante una nueva obra de arte.


25 diciembre
Habiendo leído la novela y no sabiendo nada del proyecto, fue comenzar a ver el trailer y no comprender nada de nada. Hasta que aparece el nombre del director en pantalla, claro: ni más ni menos que Baz Luhrmann. Vedlo otra vez; ahora todo encaja.


28 de diciembre
Tercer musical de la lista, ya es raro. La culpa la tiene la sobrecogedora obra de teatro original, que disfruté con Cosette el año pasado. Teniendo en cuenta el metraje podrán ser totalmente fieles en una adaptación con aroma clásico salido de la batuta de Tom Hopper (¿otro Oscar a la vista?). Un detalle: Eponine es la misma que en la obra <3


25 de enero
Debe de resultar agotador vivir en la piel de Tarantino. ¡Cuánta presión! En internet este par de minutos ya ha sido deconstruido y analizado como si fuese una tesis doctoral. Algunos incluso ya han emitido su veredicto sobre la película en base a estos fragmentos de metraje. En fin... aquí os lo dejo. Haced buen uso de él y, ante todo, repitamos juntos: “solo es un tráiler”.


Con la última he hecho trampa, lo sé: se estrena a finales de enero del 2013, pero ya que la tenía a mano... Hay más estrenos, por supuesto, gafapasteces y demás filias que Cosette y yo preferimos comernos en el más estricto anonimato por si salen mal (¿Killer Joe y End of Watch formarán parte de ese grupo?). Cuando salen bien, regreso a este nuestro querido blog y extiendo la palabra. Esto me recuerda que no comenté Shame, The Artist, Los descendientes y Los idús de marzo, cuatro propuestas muy interesantes, y tampoco rajé de Medianoche en París y Beginners (quizá le ponga remedio ^^). Con las de esta lista se juega más o menos sobre seguro... salvo con Rock of Ages, jajaja.

¡Saludos!


PD: ¿Os habéis fijado en que la música de todos los trailers de acción/thriller es idéntica?

4 de junio de 2012

Series: un aborto y tres terceras temporadas

Justified me recuerda a Friday Night Lights en cuanto a lo difícil que es vender su gusto por el tempo calmado, la ambientación sureña o los personajes definidos por un contexto social ajeno al nuestro. Harlan es el tipo de lugar del que uno pasaría de largo con solo echar un vistazo a lo lejos, pero entonces conoces a Raylan Givens y decides quedarte una temporada. O dos, intrigado por las pullas ancestrales del condado. O tres, para tomar la medida a sus enemigos.
 
El marshal Givens es el clásico tipo duro con un corazoncito gigantesco, capaz de meterse en embolados de nivel por echar una mano a los suyos, ya sea por hacer lo correcto, por lealtad o por amor. Y por esas mismas razones, si es menester, te meterá un tiro entre ceja y ceja sin pestañear (dejando una pila de cuerpos allí por donde pasa). A no ser, claro, que le dé por desarmarte con la lengua, ya que con ella es tan resuelto como aflojando el gatillo.

Hablo mucho de Raylan, ¿verdad? Él es el corazón de una serie que atrapa poco a poco, arropada por secundarios de lujo como su jefe Art o Boyd Crowder (lo más parecido que tiene a un amigo, aunque viva al margen de la ley que como Marshal debe hacer respetar).
La serie del canal FX es certera en la ambientación, rica en matices, críptica en los diálogos (herencia de su origen literario); es un popurrí de géneros que ha desembocado en un producto original merecedor de una posición extrañamente privilegiada en mi parrilla televisiva.

PD: Es una lástima que Raylan ya no coma helado... me encantaba ese detalle.

 

Una razón de peso para ver The Good Wife es que (probablemente) se trata de la serie de mayor calidad objetiva en antena. Su excelente regularidad quita el aliento e incluso cuando se relaja sigue mirando a las demás por encima del hombro. Al principio parecía otra serie de abogados: caso por episodio y trama de largo recorrido centrada en el giro personal y profesional que Alicia Florrick da a su vida. En realidad sí se ajusta a esa pauta pero destaca por una narrativa fluida, un ingenio afiladísimo, la sutileza que exige una serie adulta en un canal generalista y unos personajes grises... casi siempre. Kalinda se me atraganta y con Peter hacen trampa ("a clean office", a clean character), sobre todo si lo comparamos con las contradicciones de su señora esposa, que da título y ambigüedad a la serie.

Alicia ha cambiado mucho desde que en el piloto la cegaban los flashes; ahora sonríe hacia ellos y se regala con caídas de ojos. La última tanda de capítulos no ha puesto un lazo al paquete como hicieron las otras dos, sino que ha tenido un aire transicional hacia el nuevo status de Alicia: ahora es ella quien tiene la sartén por el mango (en su trabajo, en su matrimonio, en sus relaciones, con la bruja de su suegra). En otro producto haría saltar las alarmas pero aquí solo puede significar que la escritura lúcida y siempre interesante del matrimonio King está alineando los elementos para poner toda la carne en el asador en la cuarta. Sobran razones para verla.



El despido de Dan Harmon, creador y showrunner de la serie desde el inicio, ha hecho que el grueso de fans de Community ponga el grito en el cielo. Harmon hizo de la serie lo que es y, bajo su mando, algunos pensábamos si podría hacerse realidad aquello de #sixseasonsandamovie. Ahora nos hallamos ante la perspectiva de una cuarta temporada incierta... ¿Seguirá siendo lo mismo? ¿Puede ser lo mismo un producto que hace de la metamorfosis su seña de identidad? El dato conocido es la política rupturista de la cadena NBC mediante la cual la serie pasará de ser "cute weird" a simplemente "cute". Y que las abuelitas también puedan verla. Uncool, uncool, uncool.
 
A título personal poco me importa lo difícil que sea de aguantar un showrunner cuando el resultado es algo de tal calibre (claro que no he de aguantarle yo, ni tampoco pagarle un jornal :p). Si me he enganchado a la serie y no dejo de recomendarla a todo aquel que quiera escucharme es porque arriesga y juega al límite; donde otros frenan, Community pisa el acelerador. Opera bajo la etiqueta de "comedia" aunque no creo que sea una serie necesariamente divertida: su relevancia parte de la forma en que comprende los diferentes lenguajes narrativos y los incorpora al suyo propio. Hay muchos ejemplos, como convertir en documental una guerra de almohadas, parodiar/homenajear con tino las tendencias seriéfilas de la temporada (Fringe, Law &Order UK, Glee) o algo tan brutal como "Documentary Filmmaking: Redux", donde se trastea con los trapos sucios de la película de Coppola y se demuestra que Jim "The Dean" Rash es un actorazo como la copa de un pino. 

No obstante, creo que "Digital Estate Planning" es la mejor muestra de ese carácter irreverente e inclasificable que la ha puesto en un pedestal: ¿a qué serie se le ocurre la bizarrada de convertirse en videojuego durante un capítulo entero y sale (en mi opinión) victoriosa del reto? Como ex-amante de los videojuegos no puedo sino maravillarme de nuevo, aplaudir y disfrutar. También apuesto a que el espectador "estándar" (sin faltar, me refiero al público "no friki"), ese para el cual la NBC lo ha puesto todo patas arriba echando a Harmon, no tarda ni un minuto en sintonizar otro canal. De vez en cuando también derrapa (abrir camino es lo que tiene), pero el esfuerzo de Community por ir más allá hace que pegarse a la pantalla y esperar a que emita uno de sus destellos cegadores sea cita obligada. Y si deben seguir explicándoos por qué merece la pena, es que estáis claramente streets behind... XD

PD: Pequeño tirón de orejas a una tercera season finale algo descafeinada. Me da igual cuál sea la excusa, ¡pero quiero paintball sí o sí como colofón de temporada! 


Pequeñita, mona, buena delantera. En efecto, mis queridos ocho lectores, hablamos de... ¡¡¡Alcatraz!!! (aunque algunos ya lo habíais adivinado por la imagen...). Esta es el aborto al que hago referencia en el título de la entrada, claro. No lo digo en el sentido peyorativo de que fuese un pestiño sino de que aborté su visionado en el capítulo 10, justo al enterarme de la cancelación. ¿Por qué no acabarla, a solo tres capítulos del final? Pues porque me parecía correcta, sin más, con cosas que me gustaban y cosas que no, dejando el resultado en una poco recomendable indiferencia. Procedo a desglosarlo.

Sarah Jones me parecía estupenda, además de por lo obvio porque me gusta la nueva tendencia de los productos Abrams de no explotar la belleza de sus actrices con el insultante descaro mostrado en Alias (véase a la guapísima Anna Torv en Fringe como ejemplo). Rebecca Madsen tiene pinta de chica joven, quizá demasiado joven... pero me la creo cuando se pone a patear tras un sospechoso dejándose la piel (no lleva los taconazos y el pelazo de Beckett en Castle, algo de agradecer). A Sam Neill siempre es bueno tenerle ocupando plano (aunque no se mate) y conecté enseguida con Doc, el personaje de Jorge García (especialista en Alcatraz, friki y compañero improvisado de Rebecca... sin UST, señores, que es un muchacho orondo, ¿qué esperaban? XD). Los secundarios como Sengupta, el alcaide y su segundo o los presos estaban logrados; de estos últimos, algunos más que otros, aunque me da que está relacionado con su respectiva capacidad interpretativa. Dicho de otro modo, ¿alguien más era incapaz de distinguir entre Jack Sylvane y un palo de portería?
 

En el apartado negativo cae el comenzar con un "misterio Abrams": los presos de Alcatraz reaparecen en pleno siglo XXI sin que el tiempo haya pasado para ellos. La división Fringe de Sam Neill (no sé cómo llamarla) se encarga de darles caza y mandarlos de vuelta a una réplica de la prisión donde el Dr. Cottle (perdón de nuevo) juguetea con ellos por alguna razón. Si en Lost la liaron me pregunto adónde hubieran llegado aquí... La forma de ver Alcatraz es comparable a la de una serie que emitieron en Canal+ hace eones llamada Brimstone (creo que fue traducida como El pacto), donde un tipo debía devolver al infierno 113 almas que habían escapado de allí... a razón de una por capítulo. Los inmortales también mostraba una estructura similar: en tiempo presente Duncan McLeod siente la energía de algún antagonista, recuerda su encontronazo inconcluso con él o ella en el pasado, vuelta al presente y solución del problema (eliminar al otro inmortal). Alcatraz tiene el mismo carácter procedimental y episódico de aquellas (caso o villano, tanto da) que la hace fácilmente digerible y, claro, fácilmente olvidable. Huelga decir que me partía de risa cada vez que bajaban a los sótanos de la prisión con llaves gigantes diseñadas con tecnología alien o insinuaban que Rebecca podía ser una especie de elegida...

Era una cancelación previsible que no puedo lamentar porque la serie no había hecho nada realmente digno de salvarse de la quema. Bueno, miento; sí había hecho algo tristemente complicado: dar curro de prota a Jorge García.

¡Saludos!

26 de mayo de 2012

Series: "Fringe", vulnerando el espacio-tiempo-multiverso


La mitología de Fringe me la trae al pairo. No solo la de Fringe sino la de cualquier serie con el sello Bad Robot: Abrams y sus misterios de partida me tienen frito. No digo que un guionista deba tener atadas las tramas de cinco temporadas antes de rodar un piloto (la tele ya no funciona así) pero, demonios, que al menos el espectador intuya que los responsables sí saben por dónde van los tiros. Fringe no avanza; se mueve. Mucho y a tientas. En el mejor de los casos funciona por arcos, y mejor que no se nos ocurra comprobar qué tal un arco puesto al lado de otro...

¡SPOILERS! 
No sigas leyendo si no has visto completa la cuarta temporada de Fringe

Otra cosa que me toca la moral es que se deshagan de líneas narrativas que no les interesan sin dar ninguna explicación. Como de esto ya rajé hablé en otra ocasión no quiero repetirme, solo voy a centrarme en lo más actual. De entrada parece que se han sacado de encima todo el Red-verse al completo, precisamente lo mejor que ha dado la serie en las últimas dos temporadas: la marcha de Red-Olivia, Nerd-Lincoln y Cool-Lincoln, Asperger-Astrid y Walternate sonó a despedida (a Charlie que le zurzan). Sin embargo, sabiendo que la renovación no estaba garantizada es un movimiento entendible en caso de que finalmente fueran cancelados. Ahora que William Bell campa de nuevo a sus anchas por el Red-verse tengo la esperanza de que volveremos a ver a la versión "salá" de nuestros héroes.

Solo puede quedar uno
Por otra parte, Fringe ha demostrado que no sabe o no quiere lidiar con dos protagonistas masculinos (jóvenes, Walter es un caso aparte). Es como si Olivia se hubiera convertido en un satélite sobre el que deben orbitar hombres y/o intereses amorosos: uno la ama, otro la acompaña; el compañero y el amante. El agente John Scott era una presencia amorosa ausente, lo que dejaba espacio a Charlie... espacio del que Peter se apoderó y hubo que despojarse del verdadero compañero de Olivia (al principio cumplían la misma función). Entonces Peter y Olivia se enamoraron, haciendo del joven Bishop un todo en la vida de la aguerrida agente del FBI. Entonces él desapareció, el Red-verse cogió impulso y Lincoln Lee pasó a merecida primera plana en sus dos versiones... y el show seguía funcionando.

El regreso de Peter supuso la vuelta a una "normalidad" que yo no echaba para nada en falta (ya veis que me he dejado la imparcialidad en casa). ¿Daños colaterales? Los de siempre, el "otro" chico: Lincoln Lee dos veces al carajo. Uno, muerto; al otro, patada. En mi opinión, Peter Bishop es el lastre de esta serie. Tantos esfuerzos por darle importancia y carisma convierten a Fringe en una serie vulgar que, para variar, ha caído en la trampa de elevar el amor a categoría de bálsamo contra todos los males del multiverso. "Mientras los protas se quieran, que reviente todo, oye".

Algún fanático dirá que tiene una retirada a Walter...
Podría malgastar párrafos enumerando cagadas de relativa importancia, así que iré a por la que más me duele: el lío narrativo ha afectado a los personajes. Eso sí que no, mis queridos ocho lectores. Si pese a todas las pegas que le encuentro a Fringe sigo viendo la serie es (era) porque está magníficamente hecha (dicen de ella que es cara y se nota), tiene autoconclusivos brillantes (“White Tulip”, “Marionette”, “One night in October”) y, hasta ahora, sus personajes me importaban. ¿Quiénes son ahora esos personajes? Solo Olivia y Peter siguen siendo los mismos.... creo (Abrams y sus puñeteras constantes amorosas). 
"Érase una vez dos universos: el azul, sobrio y contenido, y el rojo, colorista y expansivo. Pero un buen día Peter Bishop desapareció de la faz del tiempo y se creó el universo ámbar, que nadie sabía muy bien qué narices era". 
Que sí, que el universo ámbar es el azul sin Peter. Si lo piensas dos segundos la situación de partida no se sostiene, se mire por donde se mire es imposible que acabaran en el mismo punto sin Peter de por medio. No es solo eso, que una tía entera como Olivia (en cualquiera de sus versiones) olvide voluntariamente a su propia hermana, su sobrina y todo lo que era y quería porque le gusta un tío apesta a out of character. Esa no es Olivia. Punto.

Todos los caminos conducen a Dragon Ball
Retomo la idea inicial: esto es tele y se improvisa. Lo puedo entender, especialmente cuando se habla de ciencia ficción. Las normas son flexibles. ¡Pero tiene que haber normas! Un pasatiempo que Cosette detesta (aunque sé que en el fondo lo encuentra adorable) es mi afición por usar Matrix y Dragon Ball como bíblias narrativas. Pues ahí va otra... ¿Os acordáis de las resurrecciones en Dragon Ball? ¡Cómo sufrimos la primera vez que Krilin y Mutenroshi murieron a manos del Rey Piccolo! (*) Y qué poco nos importaba cuando alguien estiraba la pata en Dragon Ball Z… Si no era mediante deseos con las bolas de dragón de la Tierra, era con las de Namek o, si no, se inventaban otra cosa y listos. La muerte se devalúa. Los superpoderes, también. La cuarta temporada es a Fringe lo que la saga Z es a Dragon Ball: de mal en peor y bajando. Si la quinta va a ser como Dragon Ball GT, mejor apaga y vámonos.

Sería tremendamente injusto despedir esta entrada con el párrafo anterior (confieso que me ha faltado el canto de un duro). En esta temporada también ha habido cosas magníficas, como el regreso de un villano memorable como David Robert Jones, la presencia siempre reconfortante de Leonard Nimoy e ideas genialmente locas como lo que hacen con Rebecca Madder en el capítulo final ("ding, ding, ding”). Creo que hay luz en el horizonte: 13 episodios son la medida perfecta para un arco conclusivo, BIEN PENSADO, coherente, en el que se cojan los cabos sueltos y se aten sabiendo que, de una vez por todas, será lo último que hagan. El casting puede con lo que le echen, los guionistas han demostrado excelencia en distancias cortas... todo está ahí. Solo hay que estirar la mano y cogerlo.

¡Un saludo!

(*) Parlo del follet Tortuga i d’en Satanàs Cor Petit, amics catalans :p

22 de mayo de 2012

El innecesario regreso de James Emanuel Levenstein

Existe un paralelismo entre American Pie: el Reencuentro y Los Vengadores: has de haberte cascado varias películas para saber verle toda la gracia al asunto. También hay una gran diferencia: la de los supertipos en mallas es buena.

Me considero plenamente cualificado para pontificar a mis anchas sobre American Pie porque soy el target exacto de la saga. Misma edad de los protagonistas, quemado de etapas paralelo, similitudes con mi doppelgänger Jim y (oh, sorpresa) un futuro menos brillante del que habían imaginado... 

Gocé de lo lindo con la primera, una película de esas que marca la adolescencia de una generación. Eché unas risas con la segunda y me sonrojé con la tercera que, supuestamente, daba un cierre a las historias de Jim, Stifler y compañía (ignoro la expansión videoclubera, que me salté sin reparos e hice bien, según tengo entendido). En aquella conclusión centrada en la boda de Jim y Michelle parte de los personajes no aparecía (debieron leer el guión antes de firmar); resumiendo muy mucho, la calidad se la dejaron por el camino.

En Reencuentro se retoma la idea de clausura. De hecho, a ratos da la impresión de que la tercera nunca existió salvo por detalles nimios de continuidad. La excusa para arrancar esta vez es una reunión de antiguos alumnos de la promoción del 99: han vuelto los desaparecidos y se han preocupado de que cada secundario tenga su momento de gloria. Sobre el papel funciona; a la práctica es endeble como un castillo de naipes. ¿Qué falla? Creo que la película sufre de un exceso de caca-culo-pedo-pis, síndrome aquí también conocido como "mal de Steve Stifler".

Stifler, lo de "cagarse en ellos" era una metáfora...
Lo que cuela con 18 años no lo hace a los 30. O igual los guionistas han pensado que sí, porque el grupo de amigos tendrá trabajo, mujer e hijos, pero ven un poco de carne y se alteran como adolescentes. Eructos, cuescos y mierda tampoco faltan. Si Stifler no estuviera no sería 100% American Pie (hay que tenerlo en cuenta), pero las supuestas gracias del muchacho y su entorno saturan. ¿Quién ha escrito las escenas con su jefe? Decir que son lo peor es quedarse muy corto. Extrañamente, en el guión hay plena consciencia de lo cargante y pasado de vueltas que resulta Stifler, con referencias constantes a ello por parte de los demás protagonistas (por ejemplo, su reacción tras el robo de las lanchas o el intento sistemático de dejar atrás al pesado de su amigo). No sé qué pensar... ¿es un intento fallido de oda a la maduración?

No nos engañemos: los auténticos protagonistas son ellos ;)
Otro factor chocante es la valoración de la crítica. Con tres estrellas o tres y media sobre cinco uno se espera otra cosa. La nostalgia que tanto evocan anima a llenar líneas como las que nos ocupan, pero hay que saber dejarla a un lado y filtrar. Aunque bien pasada la mitad de la película esta remonta (sin alardes), ya es demasiado tarde: el arranque es tan malo que noquea sin remedio (esta entrada está siendo dolorosa para mí... necesito decir algo bueno o me va a entrar una depresión. ¡Ahí voy!). A PESAR DE TODO, las charlas entre Jim y su padre siguen siendo geniales; Kevin aún es tiernamente lelo e insoportable en sus paranoias con Vicky, igual que Oz y Heather; y Finch... es Finch. Además, se zanja una vieja rencilla con ingenio y se agradece el esfuerzo por haber metido, aunque sea con calzador, a Nadia, Sherminator, la siempre desaprovechada Jessica, el dúo MQMF, los jugadores de lacrosse y (no podía faltar) la desbordante madre de Stifler.

¿No echásteis la foto familiar en falta?
En cierto modo muy desviado y peregrino, la esencia pervive tras 13 años. Los fans de la saga bajaremos la guardia (y el listón) y pelearemos contra nosotros mismos por verle un qué; a los demás no se os ha perdido nada aquí.

¡Saludos! 

PD: ¡Otro paralelismo con Los Vengadores! Hay escena post-créditos pasados un par de minutos, pero aquí gana American Pie por goleada XD