26 de diciembre de 2009

Cine: "Avatar"

"La película más esperada del año", "James Cameron, director de joyas del celuloide como Titanic, Aliens y Terminator 2, regresa a la dirección tras doce años de ausencia, ¿qué sorpresa nos deparará esta vez?", "La revolución del cine ya está aquí", "El autoproclamado rey del mundo ha vuelto para demostrar que su culo es el que mejor encaja en la forma del trono", "pon aquí la animalada más desproporcionada que se te ocurra". Mucha presión, ¿no creéis?


Cameron prometió que Avatar no sería ni más ni menos que una historia sencilla arropada por la tecnología más puntera del mercado utilizada con sabiduría...



Parte 1: "Avatar, la historia"

Más sencilla no podía ser. Se ha bromeado sobre si la escribió en un fin de semana mientras hacía otra cosa en el lavabo, y la coña (por desgracia) es entendible. Tampoco es que sea algo terrorífico en plan "joder, qué mierda de guión, vámonos que ya no soporto más chorradas"; tan solo es simple. La unidimensionalidad de algunos personajes da risa (como la del coronel Quaritch, malo malote a la vieja usanza), y las motivaciones de los protagonistas son de manual. Es una especie de Bailando con lobos + Pocahontas + Matrix. Referentes variables que dan un resultado... variable, no por lo malo sino por lo (una vez más) trillado y previsible del asunto a estas alturas.


La verdad es que no entiendo por qué tanta expectación por un guión de James Cameron porque, seamos sinceros, Terminator 2 es una película de acción cojonuda (probablemente de lo mejor del género), pero la premisa de Terminator se hunde en sí misma a la que la cuestionas dos minutos. Y con sus obras anteriores más de lo mismo: son espectáculo palomitero de primer nivel, sin embargo el razonamiento filosófico nunca había sido un ingrediente primordial del plato. ¿Por qué iba a serlo ahora? ¿Qué ha cambiado? Que Cameron haya tardado doce años en presentar una nueva película como director no significa que haya pasado seis con la máquina de escribir y otros seis con las cámaras -hasta los directores tienen una vida más allá de aquello por lo que más se les conoce. Y es una lástima porque...


Parte 2: "Avatar y su tecnología"

...porque visualmente se sale: la flora y fauna del mundo de Pandora son espectaculares, los Na'vi son bellos (¡y reales!), el 3D es un placer para los sentidos durante casi todo el dilatado metraje, ¡y los actores están bien! Si la balanza entre guión y técnica hubiera estado más equilibrada, podríamos estar hablando de algo grande, de algo mayor que una buena película de aventuras, de algo... con mensaje. Sí, queridos cuatro lectores, mensaje: el ideario de la película está tristemente escrito con rotulador grueso y soltado a la cara del espectador con la sutileza y finura de unos calzoncillos de esparto. A veces no está de más pensar (y que nos hagan pensar) un poco.


Y en la cima de todo el asunto está el 3D, ese invento del que se dice que revolucionará el cine como en su día lo hicieron el sonido o el color. El salto cualitativo desde las gafas azules y rojas es más que notable, pero tiene detalles por pulir. Con las gafas polarizadas -mediante las cuales el precio de la entrada sube como la espuma- la película pierde brillo y, lo más molesto de todo, estás obligado a mirar a zonas predeterminadas de la pantalla. No me gusta que me digan dónde debo mirar; más aún, me gusta recrearme en los detalles más nimios y absurdos (por mucho que estén en una esquina casi camuflados tras ese gran rinoceronte que ocupa todo el plano), especialmente en un mundo tan bello y rico como el de Pandora o cualquier película de Pixar. No obstante, me temo que con este detallito hemos topado con un callejón sin salida, pues es una limitación inherente al sistema 3D... es decir, una "característica" que no se paliará con el paso de los años.


Conclusiones

Avatar es una película que HAY que ver. También HAY que hacerlo en 3D, pues ese fue el formato en que fue originalmente concebida (que conste que digo esto con todo el morro de no haberla visto en 2D). Puede que las tres dimensiones sean una estúpida moda pasajera que se marchará tan pronto como ha llegado, pero hay muchas secuencias que avalan el sistema y compensan el suplicio inicilal de adaptar la vista al invento. La trama, si bien es simple, es efectiva y entretenida y sus casi tres horas son un agradable paseo por una historia de buenos y malos de las de toda la vida y un mundo que no por conocido es menos maravilloso. La decepción, de haberla, radica en el potencial de lo que habría podido ser y no es.


Por mi parte, volveré a verla pasadas las fiestas para regodearme en la experiencia desde el minuto uno y valorar la película con un poco más de objetividad. Hasta ese momento, Avatar es la película de las navidades y una firme canditata a llevarse unas cuantas estatuillas en la próxima ceremonia de los Oscar. Muy recomendable, las únicas gafas de pasta que se necesitan para verla son las del 3D ;p.

15 de diciembre de 2009

Cine: "Luna nueva" (el diario secreto de Bella Swan)

Querido diario:


Edward me ha dejado...


Dice que ya no me ama y la desesperación me consume... literalmente: grito de dolor por las noches. Extraño su lírica presencia, sobre todo cuando me espiaba desde la ventana mientras yo dormía −creo que se tocaba, pero nunca pregunté. También añoro su aspecto lánguido, su rostro de perro apaleado, y esa belleza insoportable, cegadora, al brillar como un gusiluz... ¡Oh, Edward! Él recitaba para mí brillantes soliloquios de incitación al suicidio, de condenación del alma... era tan edificante, tan divertido estar con él. Su hermanastra me odiaba y su hermanastro raruno intentaba asesinarme cada vez que me pinchaba un dedo, pero qué más da... ¡Qué familia, los Cullen! ¡Cuánto los echo a todos de menos! Mi mundo se hunde sin la dramática presencia de Edward... Si habitualmente tengo la pinta de haberme fumado toda la hierba de un campo de fútbol, ahora es aún peor. Con todo, por alguna razón que no alcanzo a comprender, los tíos siguen cayendo como moscas a mi lado...


Y hablando de tíos: ¡menos mal que Jacob está aquí para animarme! Este verano se ha puesto como un toro y está más bueno que el chocolate con churros. Es cariñoso y paciente conmigo −sobre todo paciente, porque a veces doy la impresión de sufrir algún tipo de retraso severo: si se me olvida cómo caminar sin tropezar, no te digo ya el ser capaz de frenar un artilugio mortal a motor−, y se me salen los ojos de las órbitas y se me caen las babas por los dos lados de la boca cada vez que se quita la camiseta (cosa que ocurre frecuentemente). Se la quita para limpiarme la sangre de la cara tras darme un jostión en moto, se le rompe cuando se convierte en lobo... ¡Ah, sí! ¡Es que Jacob es un licántropo! Es muy guay que mis mejores amigos sean monstruos legendarios del cine de terror, lástima que no se lo pueda contar a papá... es tan poco cool para estas cosas. No lo entendería, se preocuparía por tonterías como que a su hija adolescente la puedan despedazar los amigos del lobo o se la quieran comer los enemigos de los vampiros por oler tan bien.


Y todo eso son estupideces: ¡los vampiros son vegetarianos! ¿Qué idiota no sabe eso? Y aunque no fuese así, ¿quién querría hacerme daño a mí, con lo maja que soy? Jacob no, desde luego, vive para hacerme feliz y verme sonreír. Pero en el fondo me da igual. No me importa que sea un chaval de puta madre, que se lo curre mogollón, o que nuestra relación sea sana y equilibrada; en realidad le estoy usando como kleenex de repuesto para Edward. Porque con un simple pestañeo, con una súper sexy caída de ojos de mi vampiro centenario bastaría para que yo vuelva a perder el norte y el culo. Ay, y tengo una fantasía sexual desbocada: que me pida matrimonio. Pero eso no va a pasar porque...


...Edward me ha dejado...


3 de diciembre de 2009

Revista "¡No lo leas!"

Demos la bienvenida a “¡No lo leas!”, la revista digital de relatos que cambiará el sentido de la vida tal y como lo concebimos... ¡por lo menos!^^


Meses atrás participé en la primera edición del concurso “As de Picas”, organizado por la editorial Viceversa. Quien se alzó con el galardón fue el reconocido escritor Rafael Ábalos con su obra “Poliedrum”, pero los demás aspirantes no nos fuimos con las manos vacías. Además de la experiencia de escribir una novela completa (la primera para muchos de nosotros), pudimos debatir e intercambiar ideas en el foro que la editorial creó con ese fin. Y ahí comenzó todo…


Se propuso la idea de colaborar para crear algo original donde pudiésemos dar rienda suelta a nuestras paranoias y, de forma bastante rápida gracias a la iniciativa y dedicación de Malfuin, Eglomer, Alcara, Luisppk, Lady Yuna, María y otros más, nació “¡No lo leas!”. Su periodicidad es semanal y en cada número encontraréis historias autoconclusivas y, sobre todo, capítulos de series en proceso.


Os animo a que nos deis una oportunidad y le echéis un vistazo a la página. Veréis que en el foro hay muy buen ambiente y, además, os brindamos la oportunidad de leer (¡gratis!:p) relatos originales de temática y estilo completamente distintos. ¡Seguro que alguno os interesa! Podéis ver o descargar el primer número desde aquí.


Por mi parte, aunque quería participar en la revista desde el principio, mis obligaciones me lo impiden. Sin embargo, en el tercer número publicaré una historia corta llamada “Kara y Liam” −que la mayoría de vosotros ya habéis leído− y no será hasta marzo cuando inicie una serie regular. Espero que para entonces ya estéis irremediablemente enganchados a “Ángel”, “La ley del trueno”, “El fin del camino”, “¡No lo creas!”, “Infierno de hielo” …n_n


¡Un saludo!