
Esta madrugada ha tenido lugar la 82ª ceremonia de los Oscars. No la he seguido en ninguno de sus formatos ya que solo tenía curiosidad por saber a quién iban a parar las categorías de mejor película y mejor director. En resumen, el resultado de la gala ha sido que Avatar ha recibido palos por todas partes; dicho de otro modo, solo se ha llevado tres estatuillas de las nueve a las que estaba nominada, todas ellas técnicas: efectos visuales (obviamente), dirección artística y fotografía. Aunque pensaba que James Cameron se merecía una pequeña lección, por aquello de los egos hinchados y tal, ahora que ha ocurrido me sabe un poco mal. Creo que en el fondo quería que ganara el premio a la mejor dirección pero cayera como mejor película ante algún candidato más humilde, como forma sutil de decirle que el número de ceros del presupuesto no mejora necesariamente el guión. La gran triunfadora de la noche ha sido The Hurt Locker (En tierra hostil), de Kathryn Bigelow, quien se ha alzado con la mejor dirección y mejor película. A Bigelow la tengo en alta estima desde Le llaman Boddhi y Días Extraños, después le perdí la pista. Al saber que The Hurt Locker era suya me entraron ganas de verla pero por una razón u otra no llegué a decidirme. Parece que ahora ya no hay escapatoria posible, ¿no? ¡Próximamente, review en “The Strike Blog”!;> Aquí podéis consultar todos los premiados.
Siguiendo con James Cameron, quería enseñaros una curiosidad: fijaos en la camiseta que lleva en el set de rodaje de Avatar....
¡Sí, es Gunnm, "Alita, ángel de combate" para los amigos! Cameron ejerce como productor, escritor y director de la película. Acabo de curiosear sus datos en Imdb y consta como proyecto en pre-producción con fecha de estreno durante el 2011. Aunque el proyecto lleve bastante tiempo en desarrollo y sea una producción en 3D, lo de que se estrene el año que viene parece complicado… En cualquier caso, tras ver este vídeo sobre motorball hecho por un aficionado, recuerdo las cosas positivas de Speed Racer (las tenía, de verdad que sí ;p), las mezclo con la calidad técnica vista en Avatar y… rezo porque el guionista esté a la altura.

Eso que parece un desierto helado es el patio interior de la facultad de filología de la UB, y lo otro es el exterior de la universidad y la Plaza Universidad. En momentos así, uno lamenta el no llevar encima una cámara de fotos decente… NeKroLiTe, amor, ¿andabas por ahí para compensar este despropósito fotográfico?;>
¡Un saludo!
Más sencilla no podía ser. Se ha bromeado sobre si la escribió en un fin de semana mientras hacía otra cosa en el lavabo, y la coña (por desgracia) es entendible. Tampoco es que sea algo terrorífico en plan "joder, qué mierda de guión, vámonos que ya no soporto más chorradas"; tan solo es simple. La unidimensionalidad de algunos personajes da risa (como la del coronel Quaritch, malo malote a la vieja usanza), y las motivaciones de los protagonistas son de manual. Es una especie de Bailando con lobos + Pocahontas + Matrix. Referentes variables que dan un resultado... variable, no por lo malo sino por lo (una vez más) trillado y previsible del asunto a estas alturas.
La verdad es que no entiendo por qué tanta expectación por un guión de James Cameron porque, seamos sinceros, Terminator 2 es una película de acción cojonuda (probablemente de lo mejor del género), pero la premisa de Terminator se hunde en sí misma a la que la cuestionas dos minutos. Y con sus obras anteriores más de lo mismo: son espectáculo palomitero de primer nivel, sin embargo el razonamiento filosófico nunca había sido un ingrediente primordial del plato. ¿Por qué iba a serlo ahora? ¿Qué ha cambiado? Que Cameron haya tardado doce años en presentar una nueva película como director no significa que haya pasado seis con la máquina de escribir y otros seis con las cámaras -hasta los directores tienen una vida más allá de aquello por lo que más se les conoce. Y es una lástima porque...
...porque visualmente se sale: la flora y fauna del mundo de Pandora son espectaculares, los Na'vi son bellos (¡y reales!), el 3D es un placer para los sentidos durante casi todo el dilatado metraje, ¡y los actores están bien! Si la balanza entre guión y técnica hubiera estado más equilibrada, podríamos estar hablando de algo grande, de algo mayor que una buena película de aventuras, de algo... con mensaje. Sí, queridos cuatro lectores, mensaje: el ideario de la película está tristemente escrito con rotulador grueso y soltado a la cara del espectador con la sutileza y finura de unos calzoncillos de esparto. A veces no está de más pensar (y que nos hagan pensar) un poco.
Y en la cima de todo el asunto está el 3D, ese invento del que se dice que revolucionará el cine como en su día lo hicieron el sonido o el color. El salto cualitativo desde las gafas azules y rojas es más que notable, pero tiene detalles por pulir. Con las gafas polarizadas -mediante las cuales el precio de la entrada sube como la espuma- la película pierde brillo y, lo más molesto de todo, estás obligado a mirar a zonas predeterminadas de la pantalla. No me gusta que me digan dónde debo mirar; más aún, me gusta recrearme en los detalles más nimios y absurdos (por mucho que estén en una esquina casi camuflados tras ese gran rinoceronte que ocupa todo el plano), especialmente en un mundo tan bello y rico como el de Pandora o cualquier película de Pixar. No obstante, me temo que con este detallito hemos topado con un callejón sin salida, pues es una limitación inherente al sistema 3D... es decir, una "característica" que no se paliará con el paso de los años.
Avatar es una película que HAY que ver. También HAY que hacerlo en 3D, pues ese fue el formato en que fue originalmente concebida (que conste que digo esto con todo el morro de no haberla visto en 2D). Puede que las tres dimensiones sean una estúpida moda pasajera que se marchará tan pronto como ha llegado, pero hay muchas secuencias que avalan el sistema y compensan el suplicio inicilal de adaptar la vista al invento. La trama, si bien es simple, es efectiva y entretenida y sus casi tres horas son un agradable paseo por una historia de buenos y malos de las de toda la vida y un mundo que no por conocido es menos maravilloso. La decepción, de haberla, radica en el potencial de lo que habría podido ser y no es.
Por mi parte, volveré a verla pasadas las fiestas para regodearme en la experiencia desde el minuto uno y valorar la película con un poco más de objetividad. Hasta ese momento, Avatar es la película de las navidades y una firme canditata a llevarse unas cuantas estatuillas en la próxima ceremonia de los Oscar. Muy recomendable, las únicas gafas de pasta que se necesitan para verla son las del 3D ;p.