26 de octubre de 2013

Cine: "Rush"

Si la F1 os interesa tan poco como a mí, no temáis: podéis ver Rush, comprenderla y, lo más importante, disfrutarla. El director Ron Howard, curtido en esto de los biopics (Cinderella Man, Una mente maravillosa) y películas "oscarizables" (Apolo XIII), ha resultado ser el candidato perfecto para narrar de forma ejemplar la rivalidad entre Niki Lauda y James Hunt desde sus inicios en la F3 hasta el campeonato del mundo de la categoría reina en el 76.

El reparto también es estupendo: al frente, Daniel Brühl y Chris Hemsworth dan vida a Lauda y Hunt; alrededor, alguna cara con nombre propio (Olivia Wilde) y un largo etcétera de secundarios ilustres. El germano catalán lleva años probando su valía en proyectos internacionales, hecho que aquí consolida recreando al detalle el aspecto y las formas del piloto austríaco ―que, por cierto, ha dado su visto bueno al proyecto―. Hemsworth sorprende a los que solo veían en él a un dios nórdico carnaza de blockbuster y borda a un personaje mujeriego, alcohólico y adicto al riesgo. Porque Downey Jr no se parece en nada a Hunt, que si no...

Lauda, la máquina; Hunt, el pasional. En la pista y fuera de ella, la película se preocupa por dar igual importancia a ambas figuras y mostrarlas como son, sin juzgarlas ni embellecer su difícil carácter antitético. Si bien no son abiertamente desagradables, distan del héroe clásico cuyos valores ennoblecen su gesta: tienen matices, son gente normal en circunstancias excepcionales que acaba calando. A nivel argumental, desconocer los hechos reales en que se basa el guión contribuye al factor sorpresa. En su pugna constante por el primer puesto hay ecos de Mozart y Salieri o cualquier pareja de genios antagonistas que enriquezca las páginas de la historia.


El guión de Peter Morgan tiene tacto y consistencia. Huye del melodrama incluso cuando la historia (y el cliché) lo pide a gritos. Además, el mundo del motor pasa a un segundo plano muy presente en favor de los personajes, como debería suceder en toda buena cinta deportiva (cuánto te extraño, Friday Night Lights...). Sin embargo, Howard ha tenido ojo y ha sabido satisfacer por igual tanto a los acólitos como a los no iniciados con imágenes poéticas cargadas de espectacularidad. La F1 luce en pantalla como no lo había hecho antes.

Rush tiene todo lo que se puede pedir a una película: un director en forma, actores entregados, una buena historia, amor, efectos digitales de primera, tragedia, una banda sonora cargada de nostalgia... Para mí ha sido una agradable sorpresa; cuando la recomiendo la respuesta habitual es "¿de verdad?". Sí, de verdad: id a verla mientras aún podáis. Si ya es tarde, recuperadla en dvd llegado el momento. Ha hecho poco ruido pero atesora tal calidad que no sería de extrañar verla alzarse con alguna estatuilla dorada el próximo mes de marzo.

¡Saludos!

PD: Happy B'day, Cos! ;)

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