13 de enero de 2012

Cine: las dos caras del espionaje

Aunque Tom Cruise tiene edad para codearse de igual a igual con los personajes de la novela de John le Carré en que se basa El Topo, él sigue haciendo que el agente Hunt salte por ventanas, se cuelgue de rascacielos, se líe a mamporros con gorilas y, en definitiva, que la "Fuerza de Misión Imposible" nos salve a todos el culo sin que nos demos cuenta. Por cuarta vez. Y sin dobles (o eso dicen). 

A mí me parece estupendo, sobre todo cuando para llevar la empresa a buen puerto se rodea de gente con buen ojo (J.J. Abrams, Brad Bird), caras nuevas con gancho (Jeremy Renner, Paula Patton, Léa Seydoux) o no tan nuevas pero igual de atrayentes (Simon Pegg, Josh Holloway) y, lo más importante, toneladas de sentido del humor bien dosificado que hacen de esta secuela la más divertida de la saga. Ojo, un matiz: voluntariamente divertida (no sea que nombréis MI:-2).


Misión: Imposible - Protocolo Fantasma no inventa nada pero todo lo que hace lo hace sin tacha. La esencia de Ethan Hunt desde la primera Misión: Imposible, dirigida por Brian de Palma y adorada por la crítica, se ha mezclado con la de Jason Bourne, vehículo de acción trepidante con (pese a todo) tintes realistas. Este hecho es comprensible a nivel comercial y, además, da estupendos resultados. Como secuela, situó a la tercera un peldaño por encima de esta porque tiene a Philip Seymour Hoffman marcándose un villano viscoso y memorable, algo que aquí han descuidado levemente. Hendricks es peligroso, omnipresente e imprevisible, pero se toman tan pocas molestias en generar empatía hacia él que incluso su discurso de motivación se ofrece en segundo plano mientras los protagonistas juegan a tocarse las narices. De todas formas, la película de Cruise y compañía busca ser un sano divertimento y no el dejar un poso indeleble de sabiduría en nuestras vidas... algo a lo que sí aspira El topo, un rompecabezas en todos los sentidos del término.

La película del sueco Tomas Alfredson se encuentra en las antípodas narrativas y estéticas del esquema hollywoodiense. La ambientación hiperrealista de la guerra fría se regodea en el humo del ambiente y en surcar cada arruga del rostro de señores poco agraciados (afeados, incluso) que llevan trajes grises y debaten en clave sobre la tensión entre ingleses y rusos: Control, Karla, Brujería; todo es críptico en El topo. No se puede desviar la mirada de la pantalla ni un solo segundo si queremos captar ese minúsculo detalle que separa a los agentes del Circus de carcasas sin alma.


En el argumento también se hila fino. Si en MI:-4 complican más de lo necesario la relación entre los diamantes, los códigos y el satélite, luego nos parece un juego de niños al lado de una película donde cuesta poner nombre y apellidos a cada rostro ―uno de los personajes, clave en la maraña de temas que tratan, ni siquiera aparece en plano―. Decir que El topo es exigente es poco: es alienante y puede desesperar por momentos. No obstante, tener paciencia compensa dos horas de metraje que culminan en un final cerrado y satisfactorio (salvo cierto dato que apunta a la trilogía de la que originalmente deriva).

"Si te pillan con las manos en la masa, estás más solo que la una" debe de ser el único axioma que los universos de Ethan Hunt y George Smiley podrían compartir. De este entrada, pues, no van a salir vencedores y vencidos: las dos cintas hablan de poderes en la sombra, pero lo hacen empleando lenguajes distintos (¿opuestos?) para atraer a diferentes nichos de público: Protocolo Fantasma se vende sola; El topo, no, y no me atrevo a recomendarla porque ―incluso creyendo que es una buena película― me gusta mantener a cero mi lista de enemigos potenciales.

¡Saludos!

(edit: como bien nos ha recordado Onari en los comentarios, a juzgar por los armatostes con los que carga tito Tom durante algunas partes de la peli, Apple iPad se ha convertido por derecho propio en el gadget más tosco y con menos pinta futurista jamás usado por un espía. ¡Tecnología secreta puntera, yes!)

2 comentarios:

Onari dijo...

Cómo no he visto El Topo (no creí que pudiera engañar a nadie y tras leer tu comentario no sé si debo...), poco puedo decir, salvo que estoy bastante de acuerdo con tu apreciación M:I4. Lo único que me mató fue la estupidez del Ipad, cacharro ganso dónde los haya y, llámame rara, poco apto para un espía "discreto". M:I4 es lo que es y esperas ver. Personalmente, yo iba para el momento en que Jeremy y Tom hicieran la mariconada de quitarse la pistolita y a continuación ya podría haber salido del cine.

Qué queréis, soy muy gestual.

L xx

PD. M:I2... Love you too :P

JM dijo...

¡Hola, Onari!

Si convences a alguien para ver Tinker, Tailor, Soldier, Spy (me encanta el título original^^) debes saber que puede haber represalias. La palabra con más números para serte arrojada es "soporífera". Pero, ¿no estamos acostumbrados ya a eso?

Estoy completamente de acuerdo contigo en lo del iPad. Si no he comentado lo obvio y estúpido que es el product placement en M:I-4 es porque no me he acordado (esto se merece editar la entrada).

Yo también le tenía ganas a Jeremy Renner; me gusta --a ver qué tal sus Bourne y Ojo de Halcón--. También me gustaron Simon Pegg y Paula Patton: él porque siempre he tenido simpatías por el techno-nerd del grupo; ella por razones evidentes y por detalles graciosos como que no supiera seducir en plan gato-ratón. Normal, ¡es una leona!<3

Gracias por pasarte!;>

Besos,

pd: Por cierto, ¿caíste en que Hendricks es el Mikael Blomkvist de la adaptación sueca de Millenium?
pd2: M:I-2, entre máscaras y palomas deberían colocarla al lado de las de Torrente :p