13 de septiembre de 2009

Cine: "Mapa de los Sonidos de Tokyo"

Luces, cámara, gafas de pastaaa.... ¡acción! Bien, aquí tenemos la nueva película de Isabel Coixet. Esta vez ha ido más allá que en anteriores ocasiones y nos ha servido un drama en inglés y japonés en el que Sergi López y Rinko Kikuchi se transforman en David y Ryu para contarnos una atípica historia de identidad y desencuentros en Tokyo que... funciona a ratos.


Dejando al margen un apartado técnico de calidad (bella fotografía, encuadres sugerentes), como es habitual en Coixet, en mi opinión el principal problema radica en Sergi López -lamento decir esto, porque está enorme en otros papeles-. Se pasa todo el metraje hablando en inglés y se le ve encorsetado, poco creíble y desmotivado (frases sin entonación, personaje con piloto automático). Quizá fuese intencionado, ya que él mismo afirma en una escena que los españoles son pésimos para aprender idiomas; quizá no lo fuese... en cualquiera de los casos, hace que cueste olvidarnos de que vemos a un actor y nos impide meternos de lleno en la historia.


No sé si mi idea de lo que debería ser David (el personaje de Sergi López) encaja con el David que Isabel Coixet tenía en mente. Creo que alguien que despertara el interés de la solitaria Ryu debería ser un personaje con mayor carisma. Entiendo la supuesta química que seguramente se creaba entre los dos protagonistas en el guión, sobre el papel, pero lamento decir que no se traslada a la pantalla con demasiado éxito (los diálogos de la escena en que se conocen parecen sacados de una peli porno, dan risa). La directora ha sacado una novela de la película en la que, supongo, incidirá más en la psique y motivaciones de ambos personajes; confieso que siento curiosidad por leerla porque, con todo, "Mapa de los sonidos de Tokyo" me ha gustado.


Y lo ha hecho porque, si bien el actor catalán no brilla como en otros papeles, Rinko Kikuchi sí está a la altura de la enigmática Ryu, y el resto del casting funciona bien. El desarrollo de la trama es pausado (quizá demasiado al principio) pero adecuado a la historia que nos quieren contar, y va ganando en interés a medida que avanza el metraje. Ya para acabar, conozco lo bastante de Japón y los japoneses para saber que no sé nada; en ese contexto, el retrato que Isabel Coixet hace de Japón se me antoja mil veces menos artificioso, tópico, ignorante y faltón que el que hacía Sofia Coppola en "Lost in Translation". No es una película recomendable para todo tipo de audiencias; los que tengan interés en verla ya tienen una idea de lo que van a encontrar.


Lo mejor: Rinko Kikuchi, la fotografía y el (breve pero grande) momento “Enjoy the silence”

Lo peor: Sergi López


(pd: editar en Blogger es una pesadilla, una retorcida forma de tormento adaptada al siglo XXI...)


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