Mostrando entradas con la etiqueta Caprica. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Caprica. Mostrar todas las entradas

9 de mayo de 2009

Cine y series: un poco de todo


Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí!;p Me he ausentado más de un mes, pero no por ello he dejado de ver cine y series, faltaría más. ¿Cómo debe ser la vida de alguien que no vaya al cine ni veas series americanas? ¡¿Es eso posible o concebible en modo alguno?! ;p
En cuanto a cine, voy a empezar por Keira Knightley y "La Duquesa". Mira que la actriz es joven, pero a este paso en breve acabaremos confundiendo sus películas de época. En esta ocasión, nos trajo una historia correctamente narrada, interpretada, dirigida y producida...pero totalmente olvidable. Lo más destacable es lo poco atractivo que es Dominic Cooper, el "galán" de la película. No es coña, me quedé con eso y con que Keira estaba extrañamente fea. Sí, resulta obvio que la historia no me atrapó demasiado, ¿no?
Salto a "Déjame entrar", cine sueco fantástico (en serio) que arrasó en Sitges el año pasado. A ver, jamás diría que es mala (ni más ni menos que un 8,2 en Imdb con más de 25000 votos), pero me cuidaría muy mucho de recomendársela a mis conocidos -no quiero que dejen de hablarme-. Un niño de doce años que sufre acoso escolar y se hace amigo de una niña un poco rarita que esconde un oscuro secreto, un entorno nevado y solitario, y un ritmo pausado (bonito eufemismo para no decir "lento") no es algo a lo que el espectador estándar esté habituado.

Que conste que me incluyo claramente en esa categoría de "espectador estándar" y, aunque de vez en cuando veo gafapastadas de bastante nivel -esta lo es parcialmente-, en el fondo lo paso mucho mejor con cosas como... "X-men Orígenes: Lobezno".
Sé que van a lloverme pedradas por decir esto, pero las dos horas de "Déjame entrar" se me hicieron eternas y las de "Lobezno" pasaron como un soplo de brisa fresquita. La peli da exactamente lo que el trailer promete: una historia sencilla pero convincente, una ambición ajustada al producto y muchas ganas por parte de los involucrados; el casting es estupendo. Uno de los personajes que aparece en ella es (¡por fin!) Gambito, interpretado por Taylor Kitsch, solo conocido por interpretar al alcohólico y desastroso Tim Riggins en... “Friday Night Lights”.
Perdón, debería decir la magistral y soberbia “Friday Night Lights”. Esta serie cuenta la historia de un pequeño pueblo de Tejas cuyos habitantes solo tienen una cosa en la cabeza: fútbol americano. A priori hay pocos argumentos menos atrayentes, ¿no? Pues la verdad es que se trata de un genial drama de personajes estupendamente trabajados y, al final, el fútbol americano es lo de menos. Tan solo es una excusa para hablarnos del día a día de este grupo de entrañables personajes y conseguir que realmente nos preocupemos por ellos. Además, cuanta con el matrimonio Taylor, el entrenador y su impresionante mujer (Coach & Mrs Coach ;p), el eje sobre lo que todo gira y un ejemplo narrativo de cómo lograr que el interés no decaiga sin recurrir al puñetero angst. Claro que hay ciertos clichés: el jugador de talento moderado pero esforzado, la súper estrella, la chica problemática, pero están tan bien tratados que da absolutamente lo mismo. Llevan tres temporadas y, salvo un par de experimentos extraños en algunos momentos de la segunda, no sobra ni falta nada y se ha ganado desde ya el tercer puesto en mi podio personal (junto son "The Shield" y "Firefly").
El que haya maravillas como "Friday Night Lights" correteando por ahí evidencia aún más la grandísima decepción que supuso el final de "Battlestar Galactica". Al decir final me refiero tan solo al último capítulo. Podemos plantearnos que, total, un solo capítulo no puede pesar más que los casi ochenta anteriores y sigue siendo una gran serie. También podemos deducir que ese lamentable final sugiere que no tenían ni puta idea de qué nos estaban contando antes. Los pequeños arcos argumentales siempre habían funcionado de maravilla (Pegasus y Cain, New Caprica, el motín, etc.), así que supongo que la serie dio un vuelco a partir de la mitad de la tercera temporada, cuando se comenzaron a tomar demasiado en serio el "destino especial" de Starbuck. Si ya desde un principio nos hablaban de temas como qué significa ser humano y si nuestra raza merece o no sobrevivir (que no son los temas más simples del mundo, precisamente), entonces había que añadir epicidad, misticismo, el destino... Y a partir de ahí lo que nos contaban estaba iba a estar bien o no en función de cómo lo ataran todo... Y lo han atado de pena: incoherencias argumentales, personajes irreconocibles, preguntas sin respuesta o con una respuesta insatisfactoria que da a entender que el equipo de "profesionales" que guioniza no pensó en ello más de diez minutos y que cualquier fan se saca de la chistera algo con mucho más sentido en un par de horas. Habría dedicado una entrada completa al final de BSG, pero no veo qué gracia puede tener leer las quejas de alguien durante diez párrafos. Va a hacer dos meses que acabó y cuanto más lo pienso más me enfado; Cosette aún no lo ha superado -era su serie del alma- y sigue llorando por las esquinas lamentando lo que pudo ser y no fue. Ah, y la genial ilustración de Racetrack que tenéis más arriba es obra del igualmente genial Grant Gould.
De BSG vamos a su teórico spin-off, "Caprica". No es lo que más me apetecía ver y, después del fiasco de Galactica, no tenía ninguna fe en Ron Moore y su gente (con Jane Espenson a la cabeza del equipo de guionistas) pero... ¡qué episodio piloto! Luego la serie irá por donde irá y todo eso, claro; sin embargo, esta primera hora y media ha sido un aperitivo que deja con ganas de más. La serie arranca casi sesenta años de lo acontecido en BSG y aseguran que no tendrá nada que ver. Por ahora es cierto. Hemos conocido a dos familias, los Adams (al menos durante un rato ;p) y los Greystone, y sus diferentes modos de enfrentarse al dolor tras la pérdida de un ser querido. Por supuesto, los guiños a BSG eran constantes. Promete.
Y tras un producto prometedor, la gran decepción del año: "Dollhouse". No la he visto completa, he visto 7 episodios. Suelo conceder 5 capítulos para que una serie "arranque"; es decir, no pido que me enganche y no pueda vivir sin ella, si no que simplemente indique hacia dónde va y muestre un poquito de potencial, de llegar a ser algo con el tiempo (hay muchas series y poco tiempo, así es como hago la criba cuando no hay recomendaciones de por medio). Pues precisamente me dormí con el 5 de "Dollhouse", sin que ninguno de los anteriores tampoco fuese gran cosa. Pero decidí concederle una segunda oportunidad por tratarse de una serie de Joss Whedon, ¡el tío que parió "Firefly"! El 6 mereció la pena y el 7 volvió a ser un bodrio -¡me dormí otra vez!-. Me da mucho palo seguir, en serio... Echo (Eliza Dushku) no me acaba de convencer, parece que le falten tablas; además, los modelitos ridículos que "luce" constantemente ya cansan. Los más dotados logramos comprenderlo con el piloto (los planos de piernas y sujetadores ayudaron): se supone que está muy buena. ¿Acaso el target de esta serie son quinceañeros salidos? ¿Quinceañero y salido no son sinónimos? ¿Algún alma caritativa que haya osado seguir viéndola desea pronunciarse? ¿Merece Joss Whedon la tercera oportunidad que estoy dispuesto a concederle?
¡Y hasta aquí mi retorno! ¡Un saludo a mis queridos cuatro lectores!^^