El otro día unos amigos y yo tomábamos algo mientras daban El Retorno del Rey por televisión (saludos, Onari y Nekro). A ratos echábamos un vistazo a pantalla comentando lo épico de esto o lo emotivo de aquello, y entonces me di cuenta de lo indiferente que me resulta la nueva aventura de Bilbo y compañía en comparación. Está bien, sí, pero simplemente bien.
Mismo
equipo, idéntico estilo, similares intenciones. ¿Soy yo, que me he hecho mayor,
o es Peter Jackson, que no ha sabido tomarle el pulso al texto de El Hobbit? Es
duro reconocer lo primero (más de una década ha pasado ya) y afecta más allá de
que el factor sorpresa haya desaparecido. Pero también hay pruebas irrefutables
de lo segundo: la película triplica la duración recomendada del relato y, ahora
sin complejos, aspira abiertamente a ser la precuela de El Señor de los
Anillos. Referencias sin tregua, personajes de aquella traídas a esta con mayor
o menor fortuna e incluso vamos a tener una "película puente" en la
tercera.
La inesperada grandeza a la que aspira El Hobbit como adaptación y la despreocupada ligereza de la novela original contrastan con ritmo y tono irregulares. Del cuento queda la acción desenfrenada y absurda hasta la caricatura; un avance sin tregua ni reglas salvo la diversión; villanos malvados, ruines, cejijuntos, con granos en la cara y la mayoría, hasta un poco idiotas (es complicado empatizar en ese frente). En contrapartida, la creciente atracción de Bilbo por el anillo, la hijoputez natural de Thorin, elfos de rancio abolengo de turbias intenciones o un dragón de lengua viperina con muy malas pulgas aportan un toque de oscuridad y responsabilidad que le sienta bien al conjunto.
También
hay espacio para la cosecha propia, como la elfa Tauriel (Evangeline Lilly) o
romances interraciales, que compensan carencias existentes en la fuente y que
desde el canon crítico actual son de agradecer. Otro personaje destacado es el arquero
Bard (Luke Evans), que consigue mucho con muy poco y se erige en portavoz del
pueblo a la par que antagonista moral de la ambición de Thorin (el resultado de
su batalla dialéctica en la plaza puede verse como el preámbulo de la caída que
sobrevendrá a la Tierra Media... aunque quizá estoy meando fuera de tiesto).
Retomando lo comentado arriba, El Hobbit me parece irregular. Un ajuste en el enfoque y un tijeretazo generoso en el montaje obrarían maravillas en lo hecho hasta la fecha. Es un proyecto que pasó por varias manos hasta llegar a las de Peter Jackson y va soltando lastre a medida que avanza, ganando confianza en sus posibilidades. Vista la mejora respecto al dudoso arranque, la clausura será determinante para valorarla en su justa medida (no son simples películas sino un macro relato). Volveremos a encontrarnos dentro de un año para ajustar cuentas, Bilbo Bolsón... ¡Hasta entonces!
5 comentarios:
Hey guapo:
No comento... pero no he dejado de leerte ;) Por alusiones, un beso pa ti tb!
L xx
¡Mwahahaha! ¡Mi maquiavélico plan para recuperar comentaristas ha funcionado... a medias ñ_ñU
Otro beso para ti, Onari ;)
Volveré a escribir cuando acabe con esta pesadilla de examen! Promise! (así podremos tener críticas épicas sobre feminismo online, solo nos falta eso xD). Anyway, solo decirte que me encantan tus críticas. Tu blog is my very favorite thing ;)
Muaks, muaks!
(estoy esperando esa crítica épica de Kvothe, LOL).
Tómate tu tiempo para lo que de verdad importa y escribe cuando quieras, guapísima. Sea cuando sea, this is your home too. Y mil gracias por el piropo: sabiendo cómo las gastas, creo que hasta debería sonrojarme :p
Mientras no llegue el ansiado retorno, las charlas épicas (sobre los entresijos del feminismo o sobre el ejemplar y complejísimo Kvothe) podemos seguir teniéndolas cada tanto in person ;)
^^ / ^^
¡Un besazo, Cos!
Se hablará de Kvothe? O a quién yo cariñosamente llamo el gitano pelirrojo con una flor en el culo?
Nekro y a Lord Delf le tienen algo más de cariño pero no me pinchéis... no me pinchéééis!!!
L xx
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