5 de diciembre de 2011

"Un método peligroso", la procesión va por dentro


Tras Una Historia de Violencia y, sobre todo, la vibrante Promesas del Este, no podía perderme la tercera colaboración entre David Cronenberg y Viggo Mortensen. Saber que la película trataba sobre Freud, Jung y el psicoanálisis me hizo dudar ―no me apasionan los biopics―, pero sentía curiosidad por averiguar cuál iba a ser el enfoque empleado por el director canadiense para abordar un tema tan delicado.

Como ya ha señalado la crítica, Un método peligroso es la película formalmente más convencional de Cronenberg hasta la fecha. En primer lugar, está basada en hechos reales (no tengo claro hasta qué punto): narra la relación que se estableció entre Carl Jung y Sigmund Freud a través de Sabina Spielrein, paciente del primero tratada mediante “psiqueanálisis”, hecho que llevó a ambos doctores a conocerse en persona en Viena y desarrollar conjuntamente lo que daría pie a la teoría psicoanalítica moderna. En segundo lugar, la película huye de flashbacks absurdos de la infancia de Sabina, delirios visuales o abuso gratuito de la sexualidad, tentación a la que otros directores sin duda habrían sucumbido al tener entre manos un material tan corruptible como la teoría Freudiana del deseo sexual reprimido. Su origen teatral tal vez tenga algo que ver con esta calma que, por otra parte, contempla con pavor cómo lo inmoral (el discurso de Otto Gross, un inmenso Vincent Cassel) se abre camino a machetazos entre tanta normalidad ―que nadie espere orgías entre nubes de opio, por favor―.

Un método peligroso puede pasar por ser fría, aséptica o críptica. Quizá sea así, pero su sobriedad es coherente con el retrato de aquello que sus personajes viven en una época muy determinada. La contención de la propuesta está ensalzada por las actuaciones del trío protagonista. Keira Knightley hace el histrión menos de lo esperado como Sabina Spielrein y, a medida que avanza el metraje, gana peso a fuerza de construir su personaje con matices que hacen de ella alguien atrayente, digna de enfrentarse a los pesos pesados que son el emergente todoterreno Michael Fassbender (Jung) y Viggo Mortensen (Freud), quienes también se baten en un duelo interpretativo donde las miradas y los silencios están cargados de significado. Insumisión, represión y ego (pertinentes), compromiso, roles invertidos, recelo entre clases sociales, temor al futuro que acecha a Europa… todo está ahí sin resultar obvio, ayuda a que la película fluya, se nos haga corta ―lo es― y nos quedemos con ganas de más.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo cierto es que a mi si me atraen los biopics, siempre que no se hagan aberraciones con ellos, y cuando escuché que este iba sobre Freud (personaje que me provoca gran curiosidad) me entraron ganas de verla. Tras ver el trailer y leer la sipnosis temía que fuera una película demasiado cargada de mmm digamos "fanservice" porque no se me ocurre otra expresión, pero tu análisis me anima a echarle un vistazo. Espero no quedar desencantado.

Saludos.

Mickael Vavrinec

Onari dijo...

There you are ^_^

¿Sinceramente? Me pareció aburrida. No en el sentido plomazo que podría aplicarse a magnas obras del tedio tipo La delgada línea roja o, según las malaslenguasquenosabennadaJohnNieve, Alejandro, sino más en la línea de sentarte en el cine, ver una serie de acontecimientos que apenas consiguen que dejen de darte igual, y dejar la narración en X momento como podría haber sido en Y otro, sin que tengas la impresión de que haya pasado nada en realidad.

Supongo que parte del problema es la deformación narrativa que sufrimos la mayoría, según la cuál esperamos que pase algo dramático en toda historia y que este "algo" sea, de hecho, tratado dramáticamente. Me tragaré mis palabras cuando me contraargumentes que bien que proceso las películas orientales (y no, no volvamos a Café Lumière, pero La joven costurera china obtuvo críticas similares de mi cuñada...). El caso es que el personaje más interesante (obviamente Sabina) se cura con una facilidad pasmosa, que seguramente no fue tal, pero que para lo que nos enseñan, como si lo hubiera sido. Su rollo con Jung, que es la única línea interesante... vale, fine, es lo que me mantuvo medianamente interesada, pero se acaba también con total calma y tranquilidad y un feísimo "sopotocientos años después...".

Si ni a la señora Jung le importa, ya me explicaréis. Además queda completamente banalizado con que después Carl tenga otra amante.

Freud es un personaje soso y plano definido (por decir algo) a través de sus declamaciones teóricas formales, que yo misma puedo sacar de la wikipedia. Es decir, lo que saco es "esto pensaba Freud. Jung se distanció. Sabina hizo lo que le dio la gana." No dice nada de Freud, el hombre. Y por supuesto, la anunciada "interacción" entre ambos pesos pesandos del psicoanálisis a través de ella queda en nada.

-Carl, hijito, que tu churri me ha escrito.
-Sí, papi, me estoy volviendo rebelde y sus tendencias masoquistas me han confundido hasta el punto de que ya no me gusta tu teoría sobre el sexo creativo.
-Me decepcionas. No puedes creer en unicornios.
-No? Mira, mira, por ahí pasa uno!!

Lo de los sueños no podía ser más obvio, por amor de Dios. Seriously? Y no me hagáis hablar sobre el dr. Gross, que viene a estar ahí como una especie de "oh, sí, y este también estaba y pensaba tal, le daremos unos veinte minutitos, para que no se diga que descuidamos psicólogos". Creo que su papel para Jung tendría que haber sido una especie de Marqués de Sade para Joaquin Phoenix en Quills, en donde cualquier diálogo entre el eterno actor revelación y Geoffrey Rush tenía muchísima más fuerza.

Puntualizando, la película no me desagradó. Sencillamente me dio igual. Aprendí un par de chorradas que irán muy bien para conversar en las cenas, pero no logré meterme en ninguno de los personajes. Entiendo que siendo una historia real, lo que pasó pasó (no espero que Jung en un ataque de pasión mate a Sabina y luego Freud, su amado mentor, le ayude acallando a la esposa que sospecha con sus artes de seducción) y ciertamente no estoy pidiendo nada explícito, gore o más sexual-escatológico necesariamente, porque lo que hay ya dice todo lo que tiene que decir sobre los personajes (again, sobre Sabina, en realidad, sobre Jung no lo tengo claro). Quizá sí sea el origen teatral lo que pesa demasiado, porque la impresión que me llevé fue que hablaban mucho.

Pero hacían poco.

L xx

JM dijo...

¡Bienvenido seas, Maicol!

Pese a lo limpito que lo tengo todo, eres la primera rata que se me cuela… Espero que te sientas tan gusto como en tu cloaca ;)

Los biopics me suelen chirriar porque casi siempre tengo la sensación de que falta algo, de fragmentación excesiva. Si no se deciden a contar tan solo un periodo determinado como hacen aquí, es como si todo (infancia, madurez, ascenso, caída, redención) pasara demasiado deprisa, sin que los acontecimientos tengan una verdadera relación unos con otros ―aunque en la vida real no los tengan―, más por una necesidad de quemar metraje y avanzar que porque la narrativa lo pida. En este caso me hubiera gustado un poco más de trasfondo social sobre Carl Jung, no sobre su postura sobre el psicoanálisis sino sobre su familia real y política y las presiones que en él ejercen.

“Fanservice” hay poco. Creo que es un acierto que así sea porque juega en beneficio de que puedas implicarte con lo que ocurre aunque, como ves, Onari no opina lo mismo (nos pasa a menudo ^^). Con tu permiso, ¡voy a desenvainar mi espada para responder a tamañas afrentas! Si finalmente te decides a verla, te agradecería que te dejaras caer por aquí una segunda vez y reavivaras el debate. En cualquier caso, mil gracias por haberlo hecho una primera ;)

¡Saludos!

JM dijo...

Here I am! ^_^

Long time no see, by the way (in here, at least). Dos mesecitos de nada llevaba sin actualizar… una minucia al lado de tus cuatro. A ver si tomas ejemplo y desempolvas tus Crónicas, que ya veo lo que nos ha pasado a los dos: no somos los más regulares del mundo (esto es retórico, toma nota) y twitter nos come lo poco que tengamos que decir. ¡No! ¡No podemos permitirlo! ¡Viva el don de la digresión sin límite de caracteres! ¡Quiero poner adjetivos innecesarios, ser barroco hasta que las palabras empalaguen primero y se atraganten después! Y estoy seguro de que tú también lo quieres, así que, hala, ya sabes qué toca ;)

Y lo que me toca ahora es responderte a tu opinión sobre el “Método”… ¡Menuda avalancha de metralla has disparado!ñ_ñU

Lo primero es lo primero: te concedo el abrirte al reconocer que te tragas lo asiático y que NOS tragamos “Café Lumiére” ―no me forzaste, estaba ahí por inconsciente voluntad propia―, e incluso que aprecies ese engendro del averno que es “Alejandro”. But I see your point. Es cierto que uno va a ver una peli “americana” con una determinada expectativa en mente, basada en la deformación narrativa que comentas. Pero… ¿aburrida? Es cosa de gustos, faltaría más, pero a mí no me lo pareció. No voy a decir que la encontré apasionante y que de la emoción arrancaba el reposabrazos con las uñas por jugar a llevar la contraria for the sake of it, básicamente porque estamos por encima de eso (we are! Aren’t we?!^^U), pero sí me atrevo a decir que el acercamiento elegido es valiente y, en mi opinión, adecuado.

Una de las razones para opinar esto es que estamos presenciando parte de la biografía de Jung y no puedes pasarte de rosca inventando hechos si buscas un mínimo de rigor ―esta te la veías venir y ya te has defendido :p―. Como arriba le comento a Maickel, tengo problemas con los biopics: eso que dices de “y pasaron potorrón de años y Fulano hizo esto y Mengano, lo otro” me pone de los santísimos nervios. Es una forma cutre de pegar tijeretazo y cerrar la maleta. Aquí tiene sentido porque, si no nos engañan por beneficiar a la ilusión de cierre, estas tres personas no volvieron a encontrarse… Si el caso de Sabina Spielrein fue el detonante de su relación y también el motivo que les llevó a separarse, veo con buenos ojos que la película comience y acabe en esos dos puntos aunque sienta que me faltan datos… Again, no tengo idea de hasta qué punto esto paso cómo nos cuentan. Por otra parte, en mi cabeza el biopic perfecto es una serie de cinco temporadas de trece capítulos de cincuenta minutos en la que se nos describe hasta la última coma desde que el personaje protagonista sale del útero de su madre hasta que sus seres queridos tiran paladas de tierra sobre su ataúd (HBO o FX, a poder ser :p).

(sigo abajo...)

JM dijo...

(vengo de arriba!)

Regresando a la realidad (sin más me he puesto a pensar en “The Shield”, ese icono de la perfección…^^), estoy de acuerdo contigo en que Sabina es la más interesante de todos ellos. Su viaje está plagado de baches y se nota, pero no creo que se cure en un pis-pás. Incluso cuando está “recuperada”, Kiera Knightley le da un aire a la mirada de estar un poco ida que te da a entender que sigue por mantener a raya a su enfermedad a base de voluntad. El rollete de Jung y Sabina hay que verlo en contexto, manteniendo la distancia: era relativamente normal que los hombres tuviesen amantes (Freud también tuvo, creo) y para nada diría que a su mujer no le importa. Dado que estamos a principios del siglo XX veo una rebeldía tremenda en el simple hecho de atreverse a desafiar a su marido y decírselo a la cara. También está el que la rica de la pareja era ella y, por lo tanto, capaz de ejercer en él cierta presión social y de privilegio ―me encantó la escena del barco en que Jung dice como si nada que él no va en clase turista, igual que cuando dice que para ellos tener siete u ocho hijos no sería un problema―. Finalmente, el “debería haber sido mío (pero de la finca de ocho hectáreas no me muevo)” muestra a Jung en conflicto consigo mismo, tanto por seguir con la vida burguesa como por tener otra amante (algo que él consideraba aberrante en principio). Freud se presenta como un déspota entronado por sus seguidores, eclipsado por su propia grandeza, deseoso de conservarla y obtuso en su concepción de la ciencia. Dista de ser un retrato amable (venerar su figura hubiera sido el camino fácil).


-Carl, hijito, que tu churri me ha escrito.
-Sí, papi, me estoy volviendo rebelde y sus tendencias masoquistas me han confundido hasta el punto de que ya no me gusta tu teoría sobre el sexo creativo.
-Me decepcionas. No puedes creer en unicornios.
-No? Mira, mira, por ahí pasa uno!!

Ok, you made me laugh here XD

¡Y no te metas con Vincent Cassel que te suelto dos yoyas! ¡Que se mete en la cama con Monica Bellucci, por el amor de dios! Siento debilidad por este tipo, qué le voy a hacer… Sin embargo, es verdad que su fuga pone fin al “fragmento del Dr Gross” que sirve como catalizador para que Jung se desate y luego no se vuelve a saber más de él. Me pregunto si Gross fue tratado por Jung de la forma en que nos dicen, como un paciente con demasiadas libertades; si fuese así, no pondría tantas objeciones, pero en pantalla pasa como una exhalación (¡es que la peli solo dura hora y media!). Y con lo de “Quills”, Phoenix y Rush me dejas fuera de combate: está en mi interminable lista de pelis pendientes

Finally, el origen teatral, el tema de trasfondo y el rollo biopic hizo que me esperara el que hablaran mucho e hicieran poco; de ahí que haya elegido “la procesión va por dentro” como título de la entrada. No será una película que pase a la historia y, de Cronenberg, sigo flipándome yo solo con “Promesas del este” (que, por cierto, tendrá segunda parte, fruto del éxito de la primera… ni que esto fuese “Los piratas del Caribe”, oye), pero creo que merece la pena por las interpretaciones y por echar un vistazo al origen de algo de lo que hablamos todos los días. Gente como Sam, Dean, Kara Thrace y otros tantos tienen daddy and/or mommy issues; quizá deberían pasarse por la consulta del Dr Freud. Les haría un buen descuento de grupo :p

Thanks for dropping by!;)

Besos!