14 de febrero de 2011

Series: el adiós a "Friday Night Lights"

Ha acabado Friday Night Lights. Con un par de renovaciones inesperadas y cinco temporadas a sus espaldas, NBC ha cerrado una de sus series más queridas y alabadas en un capítulo final de sesenta minutos donde se han atado casi todos los cabos sueltos. Pocas series llegan tan lejos y con tanta clase: los de Dillon pueden estar contentos.

Como detractor del drama desatado, si algo agradezco a FNL es el haberse mantenido alejada de la lágrima fácil. La paraplejia de Street, asunto espinoso, fue llevada con total dignidad; la muerte del padre de Saracen, devastadora; nadie ha sufrido enfermedades terminales y las situaciones en las "familias desestructuradas" se han desarrollado en el terreno de lo tolerable (abortos, exconvictos por duplicado y demás). De hecho, pese a la dureza de algunos temas es una serie optimista que nos habla de buena gente, y el finale ha concordado con este espíritu positivo.

En efecto, hemos tenido final feliz en casi todos los frentes. Sin embargo, creo que como cierre fue más satisfactorio (en cuanto a coherencia con los personajes) el de la tercera temporada, y en global ha bajado el listón de la cuarta, de mayor intensidad emocional y social. Supongo que, además, como me atrae la épica de los perdedores, ver a los Lions arrastrándose por el barro (literalmente) me pareció más interesante que el camino de rosas mostrado en la quinta. ¡Menudo equipazo, el del Coach Taylor! Demasiado bueno para solo un año de rodaje, ¿no? En su afán por contar sin mostrar, la victoria de los Lions y el dulce destino de los personajes se muestran mediante una elipsis de ocho meses, magnífica. Aunque ha habido refriegas a nivel interno, claro, surgidas del ego descontrolado de Vince o de un arrebato de juego sucio ante la adversidad (con Billy Riggins como “ideólogo”), pero nunca dudé de que el muchacho terminaría reencauzándose o que los Lions rugirían de nuevo con elegancia. Por otra parte, he echado en falta la amenaza durmiente que representaban los Panthers, encabezados por ese idiota en el que previsiblemente se había convertido J.D.

¿Por qué J.D. no ha sido el rival a batir en un brazo a brazo contra Vince? Esa es otra de las cosas que FNL hace a menudo... Discutiendo con Tami, Coach comenta de refilón que los McCoy ya no están en la junta de los Panthers, como si fuera vox populi, y se quedan más anchos que largos. Aunque al menos hay que agradecer que dieran una explicación, pues peor fue lo que hicieron con Santiago: fin de temporada y... ¡puf! Nunca más se supo de él. Ni siquiera una mención del tipo “tuvo que mudarse pero habla con Buddy a menudo” o “mira, pese a las apariencias, las drogas y su gente le tiraban más que el football y murió de sobredosis en un callejón”. Nada. Como si no hubiera existido. 

Comprendo que no se explique cada detalle de lo que ocurre en una trama ―la serie no avanzaría entre tanto secundario―, y es normal que los actores se marchen a otros proyectos; unas veces para regresar, otras, no (la dictadura del mundo real). Entiendo también otros recursos, pero cuando se emplean de esta forma suenan a deus ex-machina de última hora para forzar la narrativa (la decisión de Coach y su antagonismo con Joe McCoy, ya inexistente) o a excusa para  desarrollar tramas del personaje más repelente de FNL solo porque es el único actor disponible o porque “toca” que siga ahí. ¿Adivináis quién? Sí, amigos, ni más ni menos que la hijísima, Julie Taylor.

Julie, Julie... qué petarda eres, niña. Parece mentira que de una hembra como Tami Taylor haya salido semejante bicho. Si no habían seguido a nadie en su aventura universitaria, ¿por qué hacer la excepción precisamente con ella? Tras su tontería con el profesor cuasi-pedófilo, la muchacha se deja caer por Chicago y resulta que no deja de pensar en Saracen... ¿Mandeloqué? Las líneas de Julie han sido, de largo, lo más duro de tragar de toda la serie. Confieso que soy un rencoroso y aún no le he perdonado lo del sueco, aunque pasara en una segunda temporada tan lejana como en general olvidable, así que casi me muero cuando Matt se arrodilla para pedirle matrimonio. Adoro a Saracen pero lo de este chico es auténtico mal ojo ―aunque creo que en realidad es un plan urdido con maestría para estar más cerca de Tami Taylor... sí, definitivamente tiene que ser eso... ;p―.

Esto me lleva a los ansiados retornos, donde ha habido un poco de todo. A Matt le van bien las cosas en Chicago y confía más en sí mismo ―¡hasta le planta cara al Coach!―; Riggins ha salido de prisión e intenta rehacer su vida; y Tyra se ha apuntado a la campaña "Si pasas por Tejas, fóllate a Tim", tan de moda entre las bellezas de Dillon ―¿este chico no estaba colgado de Layla?―. Tras el profundo y emotivo discurso de Tyra al final de la tercera temporada, pensaba que la chica había aprendido a poner la razón por delante del músculo. Por desgracia, me equivoqué. Ya sé que dejó tirado a Landry en aquella carretera, pero realmente esperaba que retomaran su relación, aunque fuese como amigos; no obstante, ni siquiera comparten un mísero diálogo. Su confesión de estar enamorada de Tim desde los cinco años me sonó a out of character, a anti-narrativa, a dar un paso adelante y dos atrás. La reaparición de Landry toma cuerpo mediante una micro-escena con Matt, con lo que devolvemos a un grandísimo secundario a la posición de salida, al banquillo en el que nunca debió estar: es la cruz de ser el feo entre tanto aspirante a modelo. Lástima.

A Landry le prohibieron salir en esta foto
También confieso (en una línea análoga de pensamiento) que no comprendo la fascinación general por Tim Riggins. Antes pensaba que tanta cerveza le ralentizaba las neuronas, que era tonto, vamos (entrañable y bonachón, también, como su hermano, pero irremediablemente tonto); ahora, además de corto, estaba amargado tras su paso por la cárcel. Me alegra que recuperara sus monosílabos quejumbrosos para el último capítulo ―cada cual a su ritmo, oye―.  Lo que hizo por su familia fue una pasada y ni por un segundo le estoy quitando mérito pero, al contrario que Landry, goza de un físico apolíneo, deseable para el público y amortizable para la cadena, que le garantiza una buena ración de tiempo en pantalla. Llamadlo envidia, si queréis; I don’t care.

Siguiendo con los personajes, para hacer incorporaciones en la última temporada y que no sean un pegote hay que tener un plan perfectamente trazado, cosa que no ha ocurrido con Hastings, Buddy Jr. o Epyck: los tres comenzaron con buen pie pero pronto perdieron fuelle. El primero, alguien ajeno al football, nos ofreció dos saltos y una sonrisa picarona. Punto. El hijo de Buddy (acierto increíble de casting) nos regaló un momentazo con su padre con aquel “¡¿Hijo, cómo puedo ayudarte?!” y de ahí al olvido; no sé vosotros, pero yo me preguntaba qué hacía en las juergas nocturnas con Vince y Luke ―le hacían pagar las birras, fijo―. Y Epyck ha sufrido los efectos del reverso tenebroso del “altruismo metomentodo” de Tami Taylor: no solo no la ayuda sino que a la pobre chica la cambian de instituto otra vez, su mayor temor. Vista la aportación del trío, se los habrían podido ahorrar y dedicar el tiempo a… no sé, ¿a Landry? Un último concierto de los Crucifictorius hubiera sido brutal ;>

Tal vez creáis que estoy siendo demasiado duro, hilando demasiado fino. Pues no y sí. Lo dicho arriba son todos los defectos que la serie tiene, no en la última temporada y el capítulo final sino en su trayectoria completa. ¿Queréis que la comparemos con Lost? Je. Por lo demás, Friday Night Lights ha sido una serie excelente y ejemplar. Al final, se han atrevido a quitarle la sábana al fantasma que se escondía en Dillon: el machismo de Eric Taylor. El Coach es un tipo honesto, implicado, rudo, trabajador… y pone palos en las ruedas de Tami cada dos por tres. Su "Who's gonna make me dinner?" fue toda una declaración de intenciones por parte de los guionistas; probablemente la semilla se plantó con aquel "I miss the Coach's wife" y la genial réplica mordiente de Tami, "I have yet to know the Principal's husband". Qué buenos momentos nos han brindado los Taylor y cuánto se les va a echar de menos… En estos últimos capítulos ha surgido entre ellos una tensión que ha puesto a prueba la fortaleza de su relación pero, igual que con los arrebatos de estrella de Vince, nunca temí por ellos. Perdón, casi nunca: a él le cuesta tanto tomar la decisión de irse a Philadelphia con Tami que por un instante creí que no lo haría. De ser el caso, ni ella ni yo se lo habríamos perdonado. No contento con romper estereotipos, Coach se lo curra y da un empujoncito a la carrera de entrenadora de Jess, otro de los grandes personajes de la segunda época de FNL.

Ése es otro de los méritos de la serie. A diferencia de Hastings & Co. (un mal menor), otros han logrado ser tan importantes como lo fue la primera generación en solo dos temporadas: Vince, Jess, Becky y Cafferty. Durante la cuarta se centraron mucho en Vince Howard, en el "Dillon negro", los suburbios, la otra cara de la moneda; Jess, aunque no fuese un gladiador en el campo de juego, tenía tanta garra como él; Becky se abría paso con su ternura y Cafferty quedó desdibujado. Aceptando que Luke no tenía el carisma ni la presencia de Vince, al final han equilibrado parcialmente la balanza y han jugado a que el todo fuese mayor que la suma de las partes: las parejas.

Tengo los “ships” en baja estima, la verdad vaya por delante, pero FNL es experta en romperme los esquemas. ¿Una serie sobre football en el Tejas profundo? ¡Bahhhh! ¿Yo interesado en parejitas? ¡Por favor! Viendo FNL y admirando a los Taylor aprendí a morderme la lengua, solo para mordérmela otra vez con Matt y Julie (a ratos), Tyra y Landry (sniff...), y ahora con la amazona Jess y Vince (otro revés para Landry), con los inocentes Luke y Becky y los extrañamente adorables Billy y Mindy. Este par han tenido una evolución de lo más curiosa a lo largo de la serie, de plantearte qué diablos hacían juntos a ser inseparables. Las frecuentes miradas asesinas de Mindy hacia su marido (un hombre de ideas peregrinas) lo dicen todo, pero tanto para ella como para nosotros es imposible no adorar a Billy Riggins. Mete la pata a menudo, muy a menudo… nunca con mala intención. Como ya han señalado otros bloggers, la relación de esta pareja con Becky funda los cimientos de lo que podría ser el relevo natural de los Taylor en el noble arte de ayudar al prójimo ahora que estos se marchan. Dos de las escenas finales más emotivas son para ellos: la despedida de Becky y Mindy, bajo cuya apariencia de tía dura late un corazón enorme; y los hermanos Riggins, por fin en paz, construyendo la casa de Tim y brindando por una vida próspera (y legal) en Tejas.

Friday Night Lights tiene un carácter propio, calmado y reflexivo, con el que ha reflejado la atmósfera particular y endogámica de Tejas, de la que sorprendentemente ha sabido hacernos partícipes. Sufrimos con los Panthers y después con los Lions, siempre de la mano de los Taylor, y nos preocupamos por los problemas y alegrías de un grupo de adolescentes en su camino a la madurez. Con su buen hacer, se ha ganado el respeto de la crítica y el cariño del público semana a semana durante cinco años hasta ser considerada un ejemplo de cómo lidiar con las emociones, de cómo perfilar personajes inolvidables (gracias a un formidable elenco actoral), tan humanos que escapan de la pantalla y se cuelan en nuestras vidas... Tal vez no sea una serie perfecta, pero tampoco lo necesita.

Dillon, you’ll be missed.

¡Saludos!

pd: os recomiendo encarecidamente visitar Diamantes en serie, hogar virtual del imprescindible Nahum. Allí encontraréis dos de sus múltiples joyas: su reseña del final de FNL y un precioso homenaje a la mejor serie que ha pasado por televisión, The Shield. ¿A qué esperáis?;>

6 comentarios:

Cosette dijo...

Definitivamente de acuerdo contigo: Dillon, I’ll miss you. “Friday Night Lights” ha sido una de las series que más satisfacciones me ha dado en los últimos años –hecho sorprendente si tenemos en cuenta que a mí el fútbol americano siempre me ha importado un carajo--. Pero como muy bien apuntas, el gran acierto de esta serie es su elegancia y buen hacer a la hora de lidiar con unos personajes que resultan profundamente humanos y entrañables. A este respecto, creo que la despedida de FNL ha estado a la altura y ha resuelto de forma bastante satisfactoria todos los cabos sueltos pendientes y el destino de la mayoría de los personajes.

Me alegro de que al final los guionistas tomaran la decisión de poner a prueba el matrimonio Taylor –nunca dudé de que la trama se resolvería de forma satisfactoria, pero aprecio que en estos últimos capítulos hayan abordado abiertamente el evidente machismo de Eric… El hombre tiene muy buen corazón y lo intenta, pero lo cierto es que algunas de sus actitudes siempre me han alterado un poco (¿te acuerdas de Tami asando chuletones para él y Buddy? xDD)--. El coach es un personaje muy creíble y tal (especialmente teniendo en cuenta que la serie se desarrolla en Tejas), pero personalmente el arquetipo de hombre rudo, taciturno e indiscutiblemente alpha que encarna no es santo de mi devoción… Así que la resolución de la línea de Tami y su carrera profesional, aunque nada creíble, resulta justa, madura y muy satisfactoria; me encantó el discurso de ella a Eric en la cena con Julie y Matt: “It's my turn, babe. I have loved you and you have loved me, and we have compromised, both of us. For your job. And now it's time for us to think about doing that for my job. Because otherwise, what am I going to tell my daughter?".Genial. Quizás su historia de amor no es de esas que abarcan años y continentes, y arruinan vidas y derraman sangre (como diría Logan de “Verónica Mars”, je), pero a veces nos olvidamos de que la cotidianidad también puede resultar épica y conmovedora.

Respecto a las posibles críticas a hacer a este final, también coincido contigo en los aspectos que apuntas; personalmente el que más me ha dolido es la casi inexistente aparición de Landry; por méritos propios se convirtió en uno de los mejores (y más queridos) personajes de la serie (probablemente mi chico preferido) y me duele que al final lo hayan relegado al papel de sidekick cómico de Matt… Pero bueno, ya sabemos que eso es lo que tiene ser indiscutiblemente feo (aún así, ni una mini escena con Tyra, ¿en serio?). Y hablando de Tyra… Su línea de la tercera temporada me pareció de las mejores (aún me emociona su discurso/carta de presentación a la universidad), y me duele un poco que al final de esta quinta los guionistas se hayan montado esta especie de reconexión raruna con Riggins (quizás es que yo no le veo nada a Tim, y no puedo entender qué le puede ver una chica como Tyra a Tim, aparte de los brazos y las abdominales, claro xDD).

Y respecto a Tim, no es por meterme con él, es un personaje que siempre me ha caído simpático, pero nunca he acabado de entender esta fascinación que genera; es cierto que es un chico noble y de buen corazón (y lo que hace por su hermano es increíble), y Taylor Kistch interpreta a las mil maravillas ese aire de rebelde y descastado que puede resultar tan atrayente, pero en el fondo (y voy a ser muy cruda), Tim me parece un personaje bastante triste (y no, definitivamente, not my type at all). Eso sí, fue bonito verle brindar con Tyra por un futuro en Tejas.

Cosette dijo...

PARTE 2 (me he alargado, sorry!)

Y luego tenemos a Julie (como dices, la hijísima xDD). Coincido contigo en que la chica siempre me ha parecido una petarda de cuidado y su línea en la universidad ha sido de las más flojas de la quinta temporada… Pero bueno, su compromiso con Matt no me pareció mal del todo –un poco precipitado, la verdad, pero al menos sirvió para regalarnos la fantástica escena de la cena con los Taylor--. Y no nos olvidemos que Matt y Julie siempre han estado ahí desde el principio, así que no me parece mal que sean felices y coman perdices xD

Y respecto al resto, me ha encantado todo lo relacionado con Billy Riggins y Mindy (¡qué fantástica la evolución de este personaje, me encanta!), Becky (no la soportaba al principio, pero su dulzura se ha acabado haciendo un huequecito en mi corazón), el bueno de Luke, Jess (<3) y Vince…

En resumen, a pesar de los posibles “peros”, el final de FNL ha sido un broche muy apropiado para cerrar una de las series más elegantes y satisfactorias de los últimos años –y sí, quizás yo como espectadora prefiero que me partan el corazón, pero un final feliz de tanto en tanto (especialmente si resulta tan redondo como este) es un auténtico placer. Creo que FNL ha ofrecido todo lo que podía ofrecer, y se ha marchado de la mejor forma posible. Como decía Riggins… ¡Texas Forever!

JM dijo...

Se nos va una de las grandes, Cos. ¿Qué veremos ahora? Candidatas hay, pero no será lo mismo sin los Taylor detrás del telón. Además, ¿a quién le importa el football? Los Panthers y los Lions podrían haber jugado a la petanca y les habríamos animado igual.

Algunos dirán que con la primera temporada bastaba y, aunque creo que las circunstancias del cierre perfecto se dieron en la tercera, no me arrepiento de haber seguido otras dos; de lo contrario, no habríamos conocido a Jess y a Vince ni visto madurar a Billy y Mindy ni... Ay, que me pongo tonto ―aunque, por otra parte, nos habríamos ahorrado el petardeo eterno de Julie... ;p―. El final ha estado a la altura, ciertamente, y si en cinco años no se habían puesto tremendistas no era plan de empezar ahora. Happiness for everyone sounds about right ;)

Se imponía hablar a fondo de los Taylor, de las faultlines de su matrimonio, y agarrarlas por los cuernos. Perdono a los guionistas el no haber cuestionado lo sobreprotectores y moralistas que son con su hija (tela, por cierto) a cambio de haber cedido a Tami el cetro de poder: apuesto a que los pantalones (también) le sientan de maravilla ;>. Me hubiera gustado ver cómo a Buddy se le quedaba el culo torcido al recibir la noticia, pero no se puede tener todo, jeje. Esa escena que recuerdas de los chuletones era terrible, sobre todo porque Coach esperaba la cooperación pacífica de Tami... uf. Remito de nuevo al revelador Who's gonna make me dinner? (a quien me hubiera gustado ver aquí es a Kyle Chandler entre toma y toma ;p).

El gran acierto del discurso de Coach (en la cena con Matt y Julie) es enfocar la reacción de Tami ante las sabias palabras de su marido; creo que esa escena es el desencadenante de todo ―ciertos hombres tienen que llegar por sí mismos a ciertas conclusiones, you know... ;p―. Poco a poco han ido mostrando su rebeldía ante la situación y han acabado por darle la vuelta; ha sido un poco precipitado pero el mensaje ha quedado claro. A su manera ha sido revolucionario.

Jajaja, hablar del tipo de tío que te gusta da para un essay de 3000 palabras:
To what extent is role reversal a key factor in modern fiction and contemporary relationships in order to obtain Cosette's seal of approval? Discuss.
Ya sé que para ti Coach se pasa de macho. Muy grande aquel momento en que Vince le suelta un rollo emotivo de esos de "eres como un padre para mí y bla, bla" y tú vaticinaste "ahora el Coach contestará algo rudo". Y bingo, that's the Coach way XD Como sueles decir, al menos el tío se esfuerza y, bueno, al final decide lo que decide, ¿no? Así que tan terrible no es ;>

Y sobre Riggins... Los Riggins Bros son para darles de comer aparte, desde luego. Con ellos se podría hacer una comedia agridulce o un re-imagined de Cándido ;p Ese sí que tengo claro que no es tu tipo para nada (tu tipo es Jess... uy, si es una chica ô_O). ¿Un chico con el que no se puede discutir de temas profundos y tú? Va a ser que no (a menos que de pronto aceptaras los "yeah" como respuesta válida ;p). No me molesta que le den trama, pero el agravio comparativo con Landry duele.

Landry es la personificación del desaprovechamiento de un personaje. Es un tipo luminoso, capaz de sacar lo mejor de las personas que le rodean; ¡si hasta logró que Tim se interesara por la trama de un libro! (que lo leyera era demasiado... ñ_ñU). Y menos mal que tiene escena con Matt, porque a medida que avanzaba el capítulo y no salía, temí que no fuese ni a aparecer. Total, solo era "el amigo de Matt" o "el único rollo feo de Tyra". Diría aquello tan manido de "ellos se lo pierden", pero no es verdad: nosotros somos quienes nos los hemos perdido.

(sigo más abajo...)

JM dijo...

(y sigo)

No entendí muy bien lo de Tyra y Riggins. Al prinicipio de la serie, que salgan juntos y él la deje porque quiere a Layla es un punto de partida no desarrollado que no les afecta en nada a posteriori. Al final, Tim necesita un amigo, no otro agujero para meterla. Hubieran podido conectar a nivel amistoso sin complicarse la vida con escenas de cama. ¿Por qué él le pide que no se marche? ¿Por qué ella le confiesa su amor? (que estén buenos no es una justificación sólida ;p) Se podría eliminar del montaje el polvo y la declaración de Tyra y la línea funcionaría igual de bien o mejor.

Sobre Julie no quiero hacer más comentarios. Qué vida más perra le espera al pobre Matt…

FNL ha sabido bajar la persiana a tiempo, antes de repetir una debacle como la S2 a causa del desgaste, la reinvención absurda o la falta de imaginación de los guionistas. Hemos tenido dos generaciones de adolescentes y, aunque la emblemática sea la primera, la transición a la segunda ha sido suave (apoyando al principio a Becky en Riggins, a Jess en Landry y a Vince en Coach), dando personajes entrañables y muy buenos momentos. Como comentas, quizá sea Riggins el personaje más dañado cuyo final no sea un pozo de alegría. No obstante, a su manera, haciendo las paces con su hermano y rehaciendo su vida en Tejas, su trayectoria tiene el componente de satisfacción adecuado; el tiempo le curará las heridas. En cuanto a los demás, no podían acabar de otro modo: anillo de campeones, éxito profesional y triunfo masivo del amor y la amistad.

Efectivamente, los finales felices a veces sientan bien ;)

¡Texas forever!

Onari dijo...

Uff, maestro, me dejas sin habla. Poco más se puede añadir/aportar a tu comentario, nacido claramente de un amor sincero y tan controvertido como real... Empezaremos por lo que estamos más de acuerdo:

Muerte a Julie Taylor.

La verdad, nunca he entendido lo de Matt y ella. O mejor dicho, lo que Matt ve en ella. Porque el chaval es un encanto total y nunca superé su marcha, pero Julie sobra sobra SOBRA y flipé en colores cuando se planta en Chicago. Seriously, como OTP estaba corrupta desde el principio y la insistencia en recuperarla es agotadora.

No así... EL MAGNÍFICO TIM RIGGINS!!!

Y mucho menos mi sonrisa de idiota cuando volvió mi amadísima Tyra y se lo re-tiró por todas nosotras. Lo siento chicos, ya sabéis que siempre he sido pro Tim/Tyra. Sue me. Landry era buen tipo y me hacía gracia como hablaba, pero no me interesaba. Y Lyla era tonta del culo.

Al margen de esto, que ya sé que no vamos a estar de acuerdo nunca (pero siempre nos quedará Alexander), confieso que yo los relevos de personajes nunca JAMÁS los he llevado bien. Conseguí que no me cayera mal Jess, ignoré a Vince de principio a fin, Luke estaba bien, pero como dices le daban poquita bola y Becky... me molestaba, aunque al final la reintegré en mi aceptación. Aparte de eso, navegaba los capítulos a la espera de alguna aparición de mis personajes antiguos. Soy animal de costumbres.

Lo que es indiscutible es que los Taylor son una de las parejas-matrimonios de televisión mejor plasmados en la historia del medio. Con sus más y sus menos, sus defectos y sus virtudes, son la espina dorsal de la epopeya tejana en la que nos hemos embarcado estos cinco años y nada habría valido la pena sin ellos. Lo único que me turba es cómo les ha salido una primogénita tan boba y una hija pequeña tan rematadamente FEA. Que piensas... a lo mejor con la edad se va haciendo, si no guapa, "mona"... y no, oye.

Aleee, on with the show.

L xx

JM dijo...

Onari....qué ganas tenía de que llegara este momento *evil smiley ;p*. A lo nuestro:

En algunas series hay un jefe de guionistas que coordina a los guionistas especializados en determinados personajes (por si se filtra info, los llaman mediante números, motes, otros nombres, etc.). Me pregunto si FNL fue una de esas series y, en tal caso, cómo se lo hacía el responsable de Julie Taylor para dormir por las noches: ¡petardaaaa! Qué tía más insoportable, joder. ¡Es que ni el humo negro era tan malo!;p Cuando Matt estaba en modo cool en Chicago durante la visita de Julie, pensé que el chaval era más listo que el hambre y solo estaba echándole un polvete de desquite (en plan, "es lo mínimo que me debías, perra" (ya, ya sé que no acabaron en estos términos y que él no es así, pero mi mente fantasea con Matt en modo alpha ;p (esto se debe a una cuestión de identificación con el personaje y a que, digáis lo que digáis, yo no me veo muy alpha... (a lo que, por cierto, cómo moló verle plantando cara al Coach XD)))). Y eso, que casi muero cuando lo del anillo. Igual que tú, el OTPeísmo de estos dos se me escapa...

Y según tú, Tim Riggins es casi una OTP es sí mismo, ¿no? De hecho, cuando se acuesta con cualquiera de sus múltiples conquistas, eso en realidad es un trío: él, su deje torturado (yo diría que resacoso perpetuo, que le bloquea la neurona y le obliga a fruncir el ceño) y la dama en cuestión, que tampoco es muy importante y por eso su posición se va renovando de forma... cíclica. ¿Qué hacía Tyra falling for the guy? Pero si su rollete no era más que una premisa del piloto... (pelín OOC, if you ask me: "Nah, Tim, que en 5 años no he crecido como personaje y sigo colgada del guaperas aleláo de la clase"). Y el pobre Landry, ahí solo, comiéndose los mocos...

Sobre que Lyla fuese tonta del culo, bueno, no se puede negar que la chica tuvo sus buenos momentos (plantar a Tim al final después de usarlo como un Kleenex... estilazo XD (por el amor de dios, que el chaval quería ponerla de secretaría del Riggins-Riggs XDDDD)). De todas formas, no lamenté su marcha, como tampoco la de Street una vez demostraron que no tenían ni idea qué hacer con él.

¡Y por eso mismo los relevos vienen bien!;) Supongo que no, que no nos pondremos de acuerdo en esto...;p Con Vince tenía motivos extra-FNL, ni más ni menos que su (mini)papelazo en la primera temporada de The Wire cuando no era más que un crío. Jess me parece tan redonda como él; además, como tía me pone bastante XD (lo que no la salva de que le colgase el mote de "crazy eyes";p). Becky hizo algo casi increíble al acabar cayendo bien a todo el mundo después de ganarse todas las papeletas para ser un reencauzador de los odios hacia Julie Taylor. Y Luke...algo tuvo que hacer bien porque está kicking asses en la súper-genial y fantabulosa The Chicago Code, pero de los cuatro era el que menos me interesaba (aunque me despertaba simpatías y me daba un poco de pena). En general, creo que el relevo se entregó de forma pogresiva y con gracia, pero es normal que algunos no perdonarais la marcha de la troupe original (en ese sentido, Skins te pondría de los nervios: cada dos temporadas, renovación completa de cast).

Los Taylor han hecho historia y marcarán tendencia, ¿verdad? Curiosamente, su relación estaba llena de claroscuros y temas tabú, algo de lo que me alegro por la veracidad que eso transmitía. Me hubiera costado creer que un "moulder of men", forjador de gladiadores, fuese un feminista radical del tipo "angry lesbian" en sus ratos libres... como que no ñ_ñU De hecho, me turbó bastante la manera de Tami de tirar la toalla (¡y aceptarlo!) cuando cree que su macho no bajará del burro. Pero al final se arreglan, que es lo importante cuando tienes una hija tonta y otra FEA (crueldad... ñ_ñU).

Riggins, Landry, Matt, Jess, Tyra y Tami (oh, Tami <3), por unos o por otros, FNL, you won't be forgotten ;)

¡Saludos!