
La mitología de Fringe me la
trae al pairo. No solo la de Fringe sino la de cualquier serie con el sello Bad
Robot: Abrams y sus misterios de partida me tienen frito. No digo que un guionista deba
tener atadas las tramas de cinco temporadas antes de rodar un piloto (la tele
ya no funciona así) pero, demonios, que al menos el espectador intuya que los
responsables sí saben por dónde van los tiros. Fringe no avanza; se mueve.
Mucho y a tientas. En el mejor de los casos funciona por arcos, y mejor que no
se nos ocurra comprobar qué tal un arco puesto al lado de otro...
¡SPOILERS!
No sigas leyendo si no has visto completa la cuarta temporada de Fringe
No sigas leyendo si no has visto completa la cuarta temporada de Fringe
Otra cosa que me toca la
moral es que se deshagan de líneas narrativas que no les interesan sin dar
ninguna explicación. Como de esto ya rajé hablé en otra ocasión no
quiero repetirme, solo voy a centrarme en lo más actual. De entrada parece que
se han sacado de encima todo el Red-verse al completo, precisamente lo mejor
que ha dado la serie en las últimas dos temporadas: la marcha de Red-Olivia,
Nerd-Lincoln y Cool-Lincoln, Asperger-Astrid y Walternate sonó a despedida (a
Charlie que le zurzan). Sin embargo, sabiendo que la renovación no estaba
garantizada es un movimiento entendible en caso de que finalmente fueran
cancelados. Ahora que William Bell campa de nuevo a sus anchas por el Red-verse tengo la
esperanza de que volveremos a ver a la versión "salá" de nuestros
héroes.
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Solo puede quedar uno |
El regreso de Peter supuso la vuelta a una "normalidad" que yo no echaba para nada en falta (ya veis que me he dejado la imparcialidad en casa). ¿Daños colaterales? Los de siempre, el "otro" chico: Lincoln Lee dos veces al carajo. Uno, muerto; al otro, patada. En mi opinión, Peter Bishop es el lastre de esta serie. Tantos esfuerzos por darle importancia y carisma convierten a Fringe en una serie vulgar que, para variar, ha caído en la trampa de elevar el amor a categoría de bálsamo contra todos los males del multiverso. "Mientras los protas se quieran, que reviente todo, oye".
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Algún fanático dirá que tiene una retirada a Walter... |
"Érase una vez dos universos: el azul, sobrio y contenido, y el rojo, colorista y expansivo. Pero un buen día Peter Bishop desapareció de la faz del tiempo y se creó el universo ámbar, que nadie sabía muy bien qué narices era".Que sí, que el universo ámbar es el azul sin Peter. Si lo piensas dos segundos la situación de partida no se sostiene, se mire por donde se mire es imposible que acabaran en el mismo punto sin Peter de por medio. No es solo eso, que una tía entera como Olivia (en cualquiera de sus versiones) olvide voluntariamente a su propia hermana, su sobrina y todo lo que era y quería porque le gusta un tío apesta a out of character. Esa no es Olivia. Punto.
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Todos los caminos conducen a Dragon Ball |
Sería tremendamente injusto
despedir esta entrada con el párrafo anterior (confieso que me ha faltado el
canto de un duro). En esta temporada también ha habido cosas magníficas, como
el regreso de un villano memorable como David Robert Jones, la presencia
siempre reconfortante de Leonard Nimoy e ideas genialmente locas como lo que hacen con
Rebecca Madder en el capítulo final ("ding, ding, ding”). Creo que hay luz en el
horizonte: 13 episodios son la medida perfecta para un arco conclusivo, BIEN
PENSADO, coherente, en el que se cojan los cabos sueltos y se aten sabiendo
que, de una vez por todas, será lo último que hagan. El casting puede con lo que le echen, los
guionistas han demostrado excelencia en distancias cortas... todo está ahí.
Solo hay que estirar la mano y cogerlo.
¡Un saludo!
(*) Parlo del follet Tortuga
i d’en Satanàs Cor Petit, amics catalans :p