Intocable
El cine
francés tiene algo que me hace correr en dirección contraria, pero el trailer
de Intocable me daba buenas vibraciones. Es algo raro en mí, en serio, porque
en cuanto huelo una pizca de drama cambio de canal, de chip o de lo que haga
falta. Además, la historia del millonario tetrapléjico que, harto de todo, confía
en un chaval de los suburbios tampoco se antojaba como la más original de las
historias: antes de verla ya sabemos que el chico tiene buen fondo y sus
problemas los crea el contexto, que pese a las complicaciones basadas en la
diferencia de clases harán buenas migas y que será un canto a la amistad, el
esfuerzo y la tolerancia. Y así es.
Intocable
se alimenta sin complejos de todos estos clichés y unos cuantos más, pero lo
hace sin cortarse un pelo, empleando humor negro a raudales; el resultado, por
el contrario, no podría ser más blanco e inofensivo. En conclusión, de drama,
nada, señores: ¡hacía tiempo que no me reía tanto viendo una película! Soy
consciente de la manipulación emocional a la que pretende someternos, pero en esta época de cinismo y jodienda general se agradece que
alguien abandere un mensaje positivo con semejante esmero. Se la recomiendo a
todo aquel que quiera pasar un buen rato y recomiendo recomendarla a terceros
incluso aunque no la hayáis visto (¿no queréis ganar puntos con esos suegros
que os odian?). Es un valor seguro, creedme. Vedla. Ya.
Grupo 7
Alberto Rodríguez
dirigió en 2005 7 vírgenes, una buena cinta donde Juan José Ballesta volvía a demostrar
que ha nacido para esto (recuperadla si podéis, merece la pena). El director
sevillano regresa en Grupo 7 a los bajos fondos de su ciudad natal aunque esta
vez se remonta a los años anteriores a la Expo. Nos cuenta el día a día de una unidad
antivicio, cómo se encarga de intentar limpiar las calles antes del evento que
cambiará Sevilla para siempre. La ineficacia de los métodos habituales les
llevará a tomar otros caminos y, bueno, huelga decir que ahí comenzarán los
conflictos.
Protagonizan la cinta dos caras nuevas, José Manuel Poga y Joaquín
Núñez (robaescenas de primer nivel), y dos bien conocidas, Antonio de la Torre
(un monstruo de la interpretación) y Mario Casas. Los que huyáis de Grupo 7
porque asociáis al último a la mala televisión nacional os lo deberíais
replantear: no solo os perderéis un magnífico ejemplo de que aquí también se hace
buen cine sino que Mario Casas destaca en su papel, nada más y nada menos que
la mitad del relato. De hecho, en Grupo 7 todo es tan estupendo que
me atrevería a decir que funciona como versión española de The Shield. Y ya sabéis qué dicen, ¿no? Que la obra magna de Shawn Ryan no se
menta en vano...
Los juegos
del hambre
Estamos ante el último juguete de Hollywood, la nueva gallina de
los huevos de oro. Tal condición se ha ido forjando sobre la marcha, a medida
que las novelas de Suzanne Collins se hacían conocidas y la película iba
ganando hype. Su discreta concepción inicial y una posterior adaptación mal improvisada a algo de mayor envergadura son palpables en un
presupuesto moderado para las tendencias actuales (los VFX y la producción se
resienten de ello). La falta de medios también se intuye en el casting principal
que, si bien no es en absoluto desconocido, tampoco es un plantel de estrellas...
todavía. Jennifer Lawrence está destinada a forrar carpetas e ir emulando las
hazañas de Katniss Everdeen de plató en plató en los años venideros. Por
suerte, también es buena actriz ;)
A los que no
hayáis visto Los juegos del hambre y os gusten este tipo de productos (lo digo sin desmerecer; soy
el primero de la fila), es una cinta por encima de la media aunque con mucho
potencial desperdiciado. Se deshincha en el tramo final, eco envenenado de un
arranque contundente que nos introduce sin concesiones en el tiránico mundo de
Panem y su empobrecido Distrito 12 (lo mejor junto a Lawrence). Según cuenta
Cosette, los patinazos narrativos de la película vienen de la novela, un mal
común en el género young adult. Con todo, es un inicio de trilogía decente.
Para los que estáis
en la onda, ¿qué puedo decir? Las similitudes con Battle Royale o Perseguido ponen
los pelos de punta. No es solo por el concepto de presentar una distopía que mezcla
el Gran Hermano con un espectáculo salvaje (solo falta Mercedes Milà para
cerrar el círculo), es que hay escenas y situaciones idénticas a las de
aquellas películas. De todas formas, me da igual que Collins se haya basado en
ellas o no; lo que me preocupa es el nulo impacto en el espectador que ya ha
visto la cinta nipona: al desaparecer el factor sorpresa, se pierde una de las
mayores bazas de la película.
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Nasíos pa matá |
Puestos a
criticarla, los villanos de opereta del Distrito 1 y 2 son lo peor. Por culpa
de personajes planos como esos, la integridad moral de Katniss y Peeta nunca es
puesta realmente a prueba (siempre disparan los otros primero, ¿y a quién le
preocupa cargarse a tipos así?). También patina una estética estridente que la
matará en dos telediarios. Comprendo el concepto de sociedad histriónicamente
sofisticada, pero donde debería ver creatividad llevada al límite todo lo que
veo son pelucas ridículas y colores chillones en telas corrientes (Eiko Ishioka le habría dado una lección al diseñador de
vestuario). Finalmente, la química entre Katniss y Peeta brilla por su ausencia;
en todo el metraje no logran lo que ella y Gale construyen con una charla de
dos minutos (por el bien de las oportunidades amorosas de Peeta espero que Katniss
no sea una chica superficial, porque como tenga que elegir entre los dos... :p).
Vale, basta de criticar. ¿Puntos a favor? La violencia no excesiva pero muy
presente, Lenny Kravitz (Cinna), Woody Harrelson con pelo (Haymitch), que Donald Sutherland no se dé un pasote, recuperar del olvido a Wes Bentley y, por
sorpresa para un servidor, Katniss.
La heroína de Los juegos del hambre está en las antípodas de la clásica damisela
en apuros (para eso está Peeta :p). La buena definición del personaje y la
convicción de Lawrence se convierten en la razón que nos mantiene pegados a la
pantalla incluso cuando la cosa anda de capa caída. Por ella (y poco más) tal
vez las secuelas tengan un pase.
¡Saludos!
3 comentarios:
Ale, acabo de ver Intocable!! Va a ser un comentario corto, pero no quería dejar pasar el momento ahora que la tengo fresca. También me ha gustado y creo que se nota que no es americana en lo de no caer en ñoñerías, en la misera del ghetto... Todo muy correcto, sweet, pero con sus momentos dramáticos, sobre todo de la mano de François Cluzety, papelón de actuación, pero muy bien llevada. Ha estado bien, pero personalmente lo que saco de la peli es la pieza de piano del final Ludovico Einaudi.
Sí, he hecho la frikada de buscarla.
Respecto a Juegos del Hambre, mañana podemos destriparla, pero digamos que en general también estoy de acuerdo en que es muy blanca. Los buenos son buenos, los malos son despiadados y todos los muertos de Katniss son por accidente, casualidad o defensa propia. Evitan así conflictos morales reales. En comparación con el libro, eso sí, aguanto mejor a la prota, porque me pasa como con Bella, su POV interno en primera es egocéntrico, bipolar y tía-pesá.
Pero bueno, ya os avanzo que el tercer libro para mí hunde la saga...
L xx
Long time no see, Onari! ;)
Me sorprendió lo bruta que es Intocable al abordar el tema de la paraplejia de Philippe. Por lo visto, la persona en quien está basada intervino en el guión, incluyó un montón de bromas y forzó situaciones; ante todo, quería que fuese divertida. Es una peli apañaíca que deja muy buen rollo y la reseñé para compartir la experiencia (nunca se sabe quién puede leer el blog y cometer la locura de fiarse de las animaladas que a veces digo :p).
¡Se agradece el aporte de la BSO! Pongo la pieza que falta: el tema se llama “Una Mattina”. También me gusta mucho la apertura del álbum, “Fly”.
Del Hunger Games literario poco puedo añadir a lo dicho. No he leído los libros, conque ya sabes que la fuente de todo conocimiento al respecto es Cosette (quien , por cierto, secunda totalmente tu opinión sobre el tercero). Con los POV’s me pasa como a ti pero a lo bestia: la primera persona me carga porque la considero el hábitat natural de los candidatos al trono de Mary Sue… En cuanto a cine, Battle Royale tampoco se libraba de una presentación totalmente polarizada de los personajes. Creo que incluso era peor porque la pareja protagonista se niega a pegar un solo tiro por convicciones morales... Y ganan sin pegarlo, manda cojones (aunque se cargan hasta al apuntador).
Mañana lo ponemos todo de vuelta y media, ok? ;)
Thanks for dropping by!
PD: hablando de fiarse de opiniones ajenas, Grupo 7 es un peliculón. Yo lo dejo caer…
Grupo 7 está apuntada ;) Me fío de ti!!
L xx
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