De lo que ha dado en conocerse como "Fase 1" del megaproyecto superheroico de Marvel, Thor me parece la más floja del conjunto. Poco camino ha recorrido la "Fase 2", pero Thor: el mundo oscuro ya tiene papeletas para repetir hazaña (y eso que Iron Man 3 no es precisamente una pieza de orfebrería). De un irreconocible Kenneth Branagh a los mandos de la primera pasamos a Alan Taylor, sacado de la cantera de directores de Juego de Tronos. Coherente con su herencia es, porque a ratos da la impresión de que maneje un presupuesto televisivo: cartón-piedra, efectos digitales que se quedan en lo meramente correcto, armaduras de secundarios hechas de cualquier material excepto el metal o cuero que pretenden parecer, etcétera.
Pese a la pulla, el arte conceptual es el aspecto más destacable de la película. Vemos una vertiente tecnológica de Asgard basada en naves, cañones, bayonetas láser y demás parafernalia que no conocíamos. Es un mejunje extraño que no tiene ningún sentido pero sabe bien. Las naves de los elfos oscuros son bastante impresionantes, tanto en diseño como en maniobrabilidad (habilidad que no se transmite a los miembros de su raza, torpes hasta rozar lo ridículo; como muestra véanse las lamentables escenas de persecución a pie por Londres). Hacia la mitad hay una escena emotiva, con barquitos que se adentran ardiendo en el mar... errr... si no captáis el spoiler, mejor. En fin, esa escena es hermosa y se lamenta que al resto de elementos se los haya tratado con menos cariño.
![]() |
"Hermano, te has buscado una novia perfecta para ti." |
![]() |
Pero qué tonto es Thor... |
¡Saludos!
1 comentario:
Hola!! tu blog está genial, me encantaria afiliarlo en mis sitios webs y por mi parte te pediría un enlace hacia mi web y asi beneficiamos ambos blogs con mas visitas.
me respondes a emitacat@gmail.com
besoss!!
Emilia
Publicar un comentario