
Este peliculón ha sido la gran sorpresa de los Oscar de este año. Danny Boyle debe estar contento; de su película más celebrada, "Trainspotting", ya han pasado más de 12 años y desde entonces no había vuelto obtener un reconocimiento tan masivo. Se ha llevado ocho estatuillas de las diez a las que aspiraba, entre ellas las de mejor película y mejor director. Que conste que competía consigo misma en la categoría de “mejor canción”, así que solo ha caído frente a “El caballero oscuro” en edición de sonido.
"Slumdog millionaire" narra la historia de Jamal, un chico de 18 años que se presenta a la versión india de "¿Quién quiere ser millonario?". Cuando arranca la película, la policía está interrogando a Jamal porque está en una fase avanzada del concurso y creen que, de algún modo, está haciendo trampas –alguien de su categoría no debería saber esas respuestas-. Para responder a cada pregunta, Jamal recuerda por todas las vicisitudes que ha sufrido desde su cruda infancia (junto a su hermano Salim y su amiga Latika) hasta el presente. Al policía que le interroga, lo que más le llama la atención es que Jamal no parece una persona interesada en el dinero, entonces… ¿por qué se ha presentado al concurso?
“Slumdog Millionaire” es una historia que habla de crecimiento, de superación personal, de bondad, de la suerte, del destino... y de amor. Está rodada de forma valiente, mostrando sin adornos la vida de los barrios más bajos de Mumbai (Bombay, para nosotros), donde la pobreza y la violencia representan el día a día de sus habitantes. Sin embargo, tanto el carácter optimista y bondadoso de Jamal como el tono esperanzador y vitalista de la narración hacen que nos maravillemos con lo que se nos cuenta en lugar de alterarnos por lo que vemos (violencia como medio aceptado de supervivencia, mendicidad y tortura infantil, tortura policial, pobreza extrema, etc.). En muchos sentidos, me ha recordado a "Ciudad de dios", otro peliculón –que fue nominado a cuatro Oscars pero no se llevó ninguno- con el que comparte estructura e interés.
A ver si hay suerte y el aluvión de Oscars que ha recibido hace que esta estupenda película aguante un poco más en las carteleras; quizá, entre eso y el boca-oreja-blog vaya más gente a verla. Yo, con esta crítica, pongo mi pequeño granito de arena ;>.
En primer lugar, mil perdones por los cambios de tamaño de la tipografía, pero "maquetar" -es un decir- con este programa es una pesadilla...
Seguimos con la trama del golpe militar que Gaeta lleva a cabo con la "ayuda" del líder político y terrorista a media jornada Tom Zarek. Como ya nos temíamos, el golpe termina fracasando y nadie sale maltrecho. Con "nadie" me refiero a los protas, claro, porque se han pulido a Gaeta y Zarek -qué injusta es la vida de antagonista secundario...;p-.
Gaeta entrega a Adama un documento mediante el que acepta la responsabilidad por los cargos que se le imputan y por los cuales será juzgado. Los cargos son: traición, deserción, dar ayuda y cobijo al enemigo, y flagrante negligencia en el cumplimiento del deber.
Vamos a repasarlos:
Los de "traición" y "dar ayuda y cobijo al enemigo" son ciertos pero injustos. Lee lo expone de forma muy clara en "The oath". Sí, es posible que pactar con el enemigo sea traición, pero...¿qué alternativa les queda? Galactica no puede soportar una confrontación con las naves nodriza de Cavil. Si quieren sobrevivir, deben formar una alianza con los cylon desertores, limar sus diferencias y cooperar en todos los ámbitos. La elección contraria, enfrentarse frontalmente a los cylon, habría llevado a una aniquilación rápida de lo que queda de la raza humana.
En defensa de Gaeta diré que a ratos Adama parece bastante cómodo con la decisión. Sin ir más lejos, su mejor amigo es un cylon que ha seguido ejerciendo de segundo de a bordo sin que se cuestionara su lealtad y está a punto de legitimar su alianza más allá del codo con codo frente a un enemigo común implementando tecnología cylon en toda la flota colonial (hecho que no tiene sentido, ya que han sobrevivido en parte gracias a usar una nave anticuada) y otorgando ciudadanía a los cylon. Visto cómo los cylon han tratado (en general) a la raza humana, el notorio cabreo que pillan Gaeta y la práctica totalidad de civiles está más que justificado.
El de "deserción" me parece especialmente doloroso. Sí, Bill "el hombre" fue en busca de su amada Laura, qué bonito y emotivo... ¡pero Adama "el almirante" abandonó a toda su tripulación! En realidad, lo peor no es eso: es que luego vuelve y retoma el mando como si nada hubiera pasado, como si no hubiera dejado de lado sus responsabilidades por un asunto personal. Pensaba que era algo que solo me molestaba a mí, así que me alegré cuando Gaeta lo incluyó en su lista. Me recordó al genial juicio de Baltar, cuando Lee saca a relucir todo lo que él y sus compañeros han hecho y por lo que no han sido realmente cuestionados.
Finalmente, "flagrante negligencia en el cumplimiento del deber" es una constante en la forma de dirigir del almirante Adama. Cada dos por tres arriesga la vida de su tripulación en favor de Kara, de Lee o de Laura Roslin, con la que (por cierto) se acuesta, mandando al garete todo el rollo de la separación de poderes: las decisiones las toman en la alcoba.
Bien, si todos los cargos tienen una parte incontestable de verdad, ¿de dónde sale esa actitud de gran e intachable hombre que jamás ha quebrantado una norma? ¿Por qué se cree tan superior a Gaeta? En el fondo, "Battlestar Galactica" va de eso: gente viviendo una situación límite que excede sus posibilidades. Hacen lo que pueden. En el caso concreto de Adama, la serie empieza con su jubilación: desde un principio nos están diciendo que todo esto le viene grande y le pilla mayor.
Es un capítulo sobre el que me cuesta escribir porque me cuesta posicionarme. Tengo muy claro que el destino que ofrecen a Gaeta y Zarek no me parece correcto (sobre todo a Gaeta), pero... ¿Qué pueden hacer, si no? ¿Encarcelarlos juntos para que sigan conspirando? El resentimiento sigue presente en la flota y eso no va a cambiar por más decisiones militares que se tomen, aunque sean por el bien de la flota. El teniente Allison (Narcho) lo expone claramente al final para explicar a Adama por qué se ha enrolado con los amotinadores:
- "Lo siento, señor. Siempre le he respetado, pero odio a los cylons. Y no puedo obedecer órdenes de un líder que no piensa luchar contra ellos”.
Por cierto, que tras decir esto, Tigh lo encañona para pegarle un tiro. Me hubiese gustado verlo por el mero disfrute de violencia gratuita, pero no habría tenido ninguna coherencia con el personaje… es más, el propio Tigh probablemente pensaría lo mismo antes de descubrir que era un cylon.
Está claro que Gaeta hace un mal negocio al aliarse con Zarek, pero también es cierto que había que hacer algo. Gaeta acepta que, como sugiere Zarek, hay que seguir adelante, pero no hasta que la gente responda por todo lo que ha hecho –amenazó a Starbuck con lo mismo-, empezando por Adama. Es un capítulo que también lleva a plantearse la validez o invalidez del terrorismo. Las maneras de Zarek me han parecido un pobre ejercicio de parte de los guionistas: el personaje no fue presentado como el terrorista radical que hemos visto en “Blood on the scales”. En el episodio anterior ya mató a un hombre a sangre fría y lo que hace con el quórum en este es una salvajada que hace dudar de sus métodos incluso al marine Kelly y obliga al espectador a posicionarse en su contra… lo cual no quita valor a la intención de Gaeta (aunque la desvirtúa al contemplarlos en conjunto). ¿Por qué?
Ya hablé de esto en alguna entrada anterior (o varias), pero Adama y Roslin son dos tiranos que se han tomado la ley a su manera en muchísimas ocasiones... aunque cuando lo hace otro les molesta. Sus métodos se justifican debido a que viven una situación límite, pero una, el otro o los dos juntos han amañado elecciones, torturado a Baltar, lanzado a cylons por la escotilla tras prometerles protección, perdonado las actividades del comité de la muerte (los que echaban a colaboradores de los cylon tras New Caprica, antes de declarar amnistía), movilizado la flota completa para salvar a un solo soldado (Kara, la niña de los ojos de Adama), y en general han favorecido a todo aquel que les era de algún modo cercano con actos más que cuestionables. Todo esto nos lleva de nuevo a Gaeta y Zares y el inicio del párrafo anterior: había que hacer algo. La cuestión, para la que vale la pena hacer un paralelismo con el mundo real, es: ¿se puede conseguir un relevo de poder “por las buenas” y el sentido común, como querría Gaeta, o si no es al estilo de Zarek todo cuestionamiento a una dictadura será un fracaso?
Otro personaje que se pasa tres pueblos y al que siempre se le perdona todo es Starbuck. Sin embargo, Cosette (gran defensora del personaje) me ha hecho ver un punto de vista muy valioso. Si bien Kara hace las animaladas más pasadas de vueltas, también se le exige que las haga en muchas ocasiones. Es decir, cómo manejar su carácter agresivo y decidido crea conflictos entre sus superiores (Adama y Tigh), pero en cuanto las cosas se ponen feas y hay que llevar a cabo algo extremo es la primera a la que recurren. El ejemplo más claro de esto es la saga de la Pegasus, cuando le piden que asesine a la almirante Cain. Kara la respeta y la admira, pero es una soldado leal y cumplirá con sus órdenes aunque le duela. Roslin no se salva de esta actitud de abuso cuando le pide que tenga fe en sus creencias y que regrese a Caprica para buscar la flecha de Apollo. Más tarde, en cambio, Roslin la trata de loca cuando Kara le pide la misma consideración: cree que puede encontrar el camino a la Tierra, solo pide que tengan fe en ella. Adama la tiene (Roslin no) y por eso le cede la Demetrius y una tripulación; al menos es consecuente con todo lo que él le exige a ella y, por una vez, le concede crédito.
Bueno, me está saliendo una entrada larguísima, pero es que este capítulo hace pensar en una serie de temas morales que son realmente interesantes y me apetecía realmente hablar de ello. Doy unos breves de otras cosas y finiquito:
¡¡¡Reaparece Romo Lampkin!!! Por desgracia, es en plan anecdótico. Su asesinato del marine le otorga un nuevo sentido a la frase “la pluma es más afilada que la espada” ;p. A ver si hay suerte y en el siguiente (BSG 4x15: “No exit”) sale más.
Kara y Lee han tenido un gran momento de acción con granada y chiste de por medio, digna de los mejores momentos de Riggs y Murtaugh en “Arma letal” (o de ellos mismos en las primeras temporadas ;>).
Estoy muy enfadado con Laura Roslin. Esta mujer ya no actúa por justicia ni por creencias, si no por amor a William Adama. En la nave cylon, están diciéndole los nombres de todos a los que van a echar por la escotilla: Tigh, Tyrol, Anders, Kara, Helo… y cuando empieza a decir “Adam…”, Roslin se incomoda y ordena “¡No! Para” (vamos, que si mataban a todos los demás tampoco era para tanto). No solo eso, ¿cómo convence a los cylon rebeldes para quedarse y ayudar? ¿Con argumentos estratégicos, discursos morales? No, les dice que como Adama salga de esta se acordará de quiénes le ayudaron y quiénes no: “Mi novio vendrá y os pondrá el ojete del tamaño de Kobol”. En fin. Afortunadamente, en el próximo capítulo hará la primera cosa verdaderamente inteligente de toda la serie.
La “caja de hackeo” de Leoben es la leche.
El momento final que tienen Gaeta y Gaius es una gran despedida para un buen personaje. Por cierto…¿qué hay de Hoshi?
La nave se está resquebrajando. Tyrol ve las brechas tras desconectar el motor de FTL. Ay, ay, ay… ¡que el final de la serie empieza a verse muuuy oscuro! ;p