8 de octubre de 2010

Cine: "Buried (Enterrado)"

¿Hay algo peor que ser enterrado vivo? Lo hay: que te hagan ver una película sobre ello.

No diré bajo ningún concepto que Buried es un mal producto. No estoy loco y sé ser lo bastante objetivo como para entender que Rodrigo Cortés y Ryan Reynolds han salido airosos del reto. Angustia, tensión, solvencia interpretativa y una técnica impecable son sus virtudes.

Crítica y público se han volcado en su recomendación masiva, algo que me llama la atención teniendo en cuenta que Buried no es una película para todos los paladares. Es cine puro de género llevado al extremo: un tío metido en una caja durante 90 minutos. Sin adornos. Hasta que no se está ahí, a oscuras en la sala junto a los jadeos y el zippo de Ryan Reynolds, no es uno consciente de lo que implica participar en una propuesta así de arriesgada.   

Algunos pensamos que para pasarlo mal ya tenemos una variedad casi inagotable de momentos y situaciones en el mundo real. Sé que esta afirmación, demagógica hasta decir basta, debería impulsar la creación de un off-topic para debatir cuál es la función del cine: ¿entretener, educar, concienciar, innovar? No voy a llegar tan lejos (en los comentarios, si os apetece ;p); solo afirmaré que la próxima vez que un director se autoimponga un obstáculo narrativo y técnico de tal calibre, servidor pasará de largo.

¡Saludos!

3 de octubre de 2010

Cine: "Come, reza, ama"

¿No dijo hace tiempo Julia Roberts dijo que se retiraba, que dejaba la interpretación para formar una familia o algo así? Es una de esas cosas que las estrellas de cuarenta y pocos pueden permitirse porque tienen tantísima pasta que no les viene de ahí… Pues ojalá lo hubiera cumplido y nos hubiera ahorrado a todos Come, reza, ama

El trailer tenía una pinta terrible, así que la culpa es mía en parte. No obstante, llamaba la atención que la dirigiera Ryan Murphy (no confundir con Shawn Ryan, por favor U_U). Entre eso y alguna crítica decente me dio por pensar que tal vez tuviese un enfoque original y la historia funcionara bien para dos horas porque, seamos justos, pese al esperpento habitual el piloto de Nip/Tuck era sólido y potente; igual que, en una onda muy distinta, el de Glee.

La película arranca presentándonos a Liz Gilbert, una mujer recién casada en crisis vital que decide romper con todo, marido incluido (un buen tío, por cierto), y vivir la vida como ella quiera. Los secundarios animan las situaciones y van soltando perlas del calibre de "tener un hijo es como hacerte un tatuaje en la cara: tienes que pensártelo dos veces". Gran frase XD. Para mi asombro estaba pasándolo bien y riendo casi con cada escena. Luego Liz se echa un noviete jovenzuelo con quien juega como la loba sin sentimientos que es y al que termina por dar patada para marcharse a Roma y disfrutar del placer de comer (tal cual). Allí se hace amiga de una sueca que hace el guiri en Italia como ella y le presenta a su profe de italiano y sus amigotes. Hasta aquí estupendo, la acumulación de tópicos insultantes sobre Europa (¡los italianos hablan con el cuerpo!) no es incompatible con escenas divertidas y un ritmo ameno.

Liz habría podido quedarse en Italia y cerrar una película imperfecta pero pasable. ¡Pero esta es una película de fases! ¡De recuperar las ganas de vivir! ¡Autoayuda al poder! Así que después de comer, toca rezar en la India...  y echarlo todo por el retrete cinematográficamente hablando. El cambio de escenario, personajes y temática (¿espiritualidad?) hacen que, desde este punto, la historia pierda el norte, la chispa y se deshinche como un globo. Ryan Murphy, ¿recordáis? Por lo visto, el formato no afecta a cómo degeneran sus productos y Come, reza, ama no es una excepción en sus poco más de dos horas, que terminan por sentirse como cuatro. Ah, haciendo caso del título, el fragmento final es el de "amar", claro...

Liz, el personaje interpretado por Julia Roberts, cae como una patada en la vejiga. Es infantil, caprichosa y profundamente egoísta; además, sus motivaciones no quedan claras en ningún momento. No se comprende por qué deja de querer a su marido ―aunque al ser un punto de partida, podemos pasarlo por alto, sobre todo cuando la verdadera incógnita es por qué él quiere a semejante petarda―, ni la supuesta profundidad de su rollito con el Bollycao, ni por qué, de sopetón, le da por creer en dios (esta es chunga), ni qué inspira en Richard Jenkins para que este abra su corazoncito de cascarrabias torturado, ni qué ve ella en Bardem que no viera en su marido ―ni qué ve Bardem en ella, again―, ni nada de nada. Cualquiera de las mujeres que puebla la película es más interesante que Liz Gilbert.

Por otra parte está el supuesto espíritu crítico del film (crítico con el conformismo y con los matrimonios concertados, esgrimiendo un feminismo muy mal entendido, una búsqueda necesaria del “yo” y del amor con mayúsculas, por citar algunos), que pasa tan de refilón y de forma tan frívola que toda aspiración a filosofar sobre las grandes cosas cae en saco roto. Es más, es demasiado fácil jugar a “busca el mensaje desviado” y enmarcar la película en el risible y repugnante género de “blanco más o menos cabrón visita el tercer mundo y su sorprendente e innato altruismo sin fronteras (propio de los blancos) dota a los necesitados (racialmente inferiores) de conocimiento, optimismo y un futuro mejor”. ¡Puagh!

¡Hasta luego, cocodrilo!
Acabo de pasarme tres pueblos, soy consciente de ello, pero puedo prometeros que la película da sobrados motivos para justificar lo escrito. Realmente no es TAN mala ―probablemente le concedería un suficiente raspado―, aunque intenta tocar tantas teclas de forma tan tosca que su caída en lo mediocre resulta inevitable. En el apartado positivo podemos destacar lo apetitosa que luce la comida, el tramo italiano, el “hasta luego, cocodrilo” del chamán Ketut (¿qué demonios dirá en V.O.?:p), y… no sé. ¿Ya está? Haceos un favor a vosotros mismos y no correspondáis a la sonrisa infinita de la Roberts.

¡Saludos!

Pd: James Franco va de bohemio, pero ¿va fumado de verdad?XD